En todos los asuntos humanos decía James Allen, escritor y filósofo británico conocido por sus libros inspiracionales y por haber acuñado el concepto “autoayuda” que hay esfuerzos, y hay resultados, y la fortaleza del esfuerzo es la medida del resultado.
Soy, lo digo ya de entrada, un firme creyente en los beneficios netos del esfuerzo para la consecución de cuales quiera que sean las metas que uno se haya propuesto alcanzar. Y es más, tanto por experiencia propia como también por observación ajena, he constatado a lo largo de mi vida que nada verdaderamente valioso se consigue sin una abnegada y tenaz aplicación de energía.
Nuestra vida necesita del esfuerzo. Si estás aquí leyendo este artículo es gracias al esfuerzo que estás empezando a hacer, y si llegas al final significa que te has esforzado y que no perteneces al grupo de los “lectores por encima”, que quieren enterarse de todo a golpe de vista.
Tu propia concepción, tu crecimiento, tu nacimiento… fueron gracias a diferentes esfuerzos. Es más: sin esfuerzo, no hay vida. Sin él no hay nada ni en el presente ni en el futuro.
La satisfacción radica en el esfuerzo, no en el logro. El esfuerzo total es una victoria completa.
Mahatma Gandhi.