Un lado positivo de la crisis económica es que, por obligación y/o necesidad, gracias a la creatividad, personas y empresas han sabido reinventarse.
Salir de la famosa y habitual zona de confort se ha convertido en un “deporte de riesgo” que merece la pena experimentar. Se han creado nuevas salidas a productos y nuevos negocios en un momento en el que parece que todo está inventado. Gracias a los despidos se han tomado decisiones trascendentales como dar la vuelta a tu CV y a tu vida o escribir un libro…
En la vida todo tiene cara aunque tenga cruz. Recordemos la frase de Einstein: “Sólo en tiempos de crisis la imaginación es más importante que el conocimiento”. Las crisis de todo tipo (personales, sociales, laborales o amorosas) se pueden tomar como puentes que nos llevan a otro lado.
Las crisis actúan de “empujón”, de pistoletazo de salida, y así continúa la única vida que tenemos con más emoción y sin aletargamientos emocionales.
Nadie quiere vivir crisis porque, cuando pensamos en ellas, sólo vemos el envoltorio, pero si te centras en la esencia descubres que allí está el verdadero crecimiento como ser humano.
Si ya has pasado por una de estas crisis, nos darás la razón. Si estás en pleno proceso, persiste con cabeza y corazón y algún día aceptarás esta frase.
Potenciar el hemisferio derecho
Titulares de prensa como “Creatividad, un antídoto en tiempos de crisis”, “En época de crisis aumenta la creatividad”, “En tiempos de crisis estalla la creatividad”, etc., demuestran que la creatividad fomenta la supervivencia en nuestra sociedad.
El ser humano y su cerebro acostumbrado al hábito restan valor a la creatividad. Nuestros cerebros andan cojos, porque están acostumbrados a trabajar con el hemisferio izquierdo. Tenemos que potenciar el lado derecho, es decir, el pensamiento creativo, la imaginación y la visualización.
En su día nos fue muy útil la hegemonía del hemisferio izquierdo, pero ahora la vida no se entiende sin un mayor protagonismo del derecho. En la mayoría de las ocasiones sólo se ha recurrido a la creatividad como tabla de salvación. Pero no explotar nuestro pensamiento creativo es perder oportunidades.
En la sociedad actual tienes que ser capaz de llegar a las emociones de las personas. Esto se consigue a través de la creatividad, la imaginación y la capacidad de hacer algo distinto.
¡Ahora ir a comprar una barra de pan es todo un arte! Ya no es sólo con o sin sal, muy hecha o poco hecha; ahora hay con cereales, semillas, con pipas, con oliva, baguette, al horno, a leña, gallega, andaluza, ancha, corta… las panaderías han sido capaces de crearnos nuevas necesidades.
La creatividad emociona, llama la atención y convence. Quizá en otros tiempos no era tan necesaria, pero en la sociedad actual tienes que ser capaz de llegar a las personas de otra forma.
Si quieres seguir siendo creativo de adulto:
Date tiempo: La creatividad no se activa en modo automático ni con el cerebro multitarea. La creatividad necesita del presente, de estar conectado y de tu tiempo. Las ideas creativas no surgen cuando se está en cinco cosas a la vez. Dale la bienvenida a la paciencia y al aburrimiento.
Crea momentos especiales: Desconéctate del móvil o avisa a tu familia o compañeros para evitar interrupciones. No pierdas la rutina para crear algo ni esperes a que te venga bien el momento. Anota todo aquello que te surja. Recuerda la eficacia del brainstorming (lluvia de ideas): todo vale y una idea lleva a otra. Hay ideas a todas horas: en momentos de ensoñación o de sueño despierto, justo antes de dormirte o después de despertarte o en ese momento en que miras al horizonte por la ventana. Recuerda: lo que no anotas se pierde en la memoria.
No compares para no limitarte. No pongas zancadillas a tu creatividad. Sé igual de benévolo contigo que como lo serías con otros.
Rodéate de personas creativas: Pueden contagiarte sus hábitos, sus ganas, su optimismo y su pasión. No se trata de copiar, sino de aprender en una cadena solidaria y ahorrar tiempo.
Busca el modo de apasionarte con lo que haces y no esperes sólo a que algo te apasione: Las emociones juegan a favor de la creatividad. Cuando algo te gusta no hay pereza; siempre hay tiempo para lo que quieres hacer.
Premia tus ideas: A poco que consigas es un refuerzo que tienes que destacar para alimentar tu autoconfianza. Nada de quitarle valor o etiquetarlo de “tontería”.
No descartes nada, ya habrá tiempo: lo que a priori te parece absurdo puede ser necesario para llegar a otra idea. Tu cabeza sigue trabajando y lo conectará con otra idea, así que no se lo pongas difícil.
Relaja tu mente y tu cuerpo: Entrena técnicas de respiración y relajación que propicien estados adecuados para generar ideas. Una mente estresada bloquea los circuitos de la creatividad.
Ríe, haz deporte, canta, baila, pasea, habla con un niño, juega: Son actividades que te ayudan a despejar la mente saturada. De nada sirve que estés en modo “gruñón” protestando, victimizándote y contagiando a tu entorno.
Medita: El mindfulness o atención plena es una técnica que proviene de la esencia de la meditación de Oriente y que Occidente se ha encargado de estudiar científicamente. Permite entrenarte en lo que estés haciendo, en el aquí y ahora. Con ello evitas estar perdiendo tiempo y energía en lo que no se puede controlar del pasado y del futuro y creas el ambiente adecuado para que se despliegue la imaginación.
Se flexible y abúrrete: No lo tengas todo planificado; déjate llevar alguna vez. Cuando uno se aburre la mente humana se pone a buscar recursos para evitar ese aburrimiento y surgen ideas. Absurdas o no, guárdalas.
Rompe las reglas: Hacer más de lo mismo no tiene tanta gracia. Pierde el miedo a ser diferente. “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, dijo Einstein.
Sé curioso, socializa y pregunta a los tuyos: Preguntando se llega a Roma y a la creatividad. Encerrarte en ti mismo dificulta la comunicación y la apertura mental. Aquello que comentas genera pensamientos y emociones en los demás que pueden suponer semillas de nuevas ideas. No las desaproveches.
Lee, escucha conferencias, mira vídeos: De este modo tu mente se abona y se expande.
Usa la técnica de los seis sombreros, que ayuda a pensar en grupo de forma más eficaz: El sombreo azul representa el control del pensamiento, el blanco los hechos, el rojo las emociones y sentimientos, el negro los juicios negativos, el amarillo los positivos y constructivos y el verde el pensamiento lateral y creativo.
¿Y si haces cómo si fueras otra persona?: Conocida o no, relevante o no, de otras profesiones, sectores, edades… Anota ideas sobre qué haría, qué pensaría, qué me diría, qué destacaría...
Disfruta de ese momento en el que por fin sale ese párrafo para un artículo, ese capítulo para tu libro, ese argumento para tu jefe o trabajadores, esa manera de conseguir un eslogan para tu marca, la forma de redirigir el negocio…
Ese momento en el que fluyes, ese momento en el que tu mente te dice: “Ya lo tengo”. Piensa en los ratos que le has dedicado, en los que veías que no salía. De este modo, la próxima vez verás que es cuestión de tiempo, pero que persistiendo todo sale. Ya sabes, Picasso lo tenía claro: “Que la inspiración te encuentre trabajando”.
Esperamos que te animes a ser más creativo y permitas que tu inteligencia se divierta, tal como decía Einstein:
“La creatividad es la inteligencia divirtiéndose”.
(Albert Einstein)