El autoengaño: pensamientos en desacuerdo con la realidad
Según se explica en el libro, “el intérprete” intenta mantener nuestra historia personal unida, para lo cual nos engañamos a nosotros mismos y nos metemos en situaciones dolorosas que nos provocan sufrimiento.
La razón por la que el cerebro nos causa esta mala pasada no la explica Byron Katie, pero todos hemos inventado situaciones y pensamientos que el tiempo ha demostrado que estaban muy lejos de la realidad.
Quizás los ejemplos son un tanto moralizantes -todas las esposas acaban reconociendo que aman a sus maridos, por ejemplo-. El interés del libro, sin embargo, no reside sólo en el método de indagación y de crecimiento personal que plantea, sino en las afirmaciones y reflexiones que realiza la autora.
La obra está compuesta por un prólogo del también escritor Stephen Mitchell; por las mencionadas reflexiones de la autora con las instrucciones para realizar El Trabajo, y por una serie de situaciones plasmadas en diálogos con personas que han alcanzado una comprensión de sus problemas gracias a la ayuda de las cuatro preguntas formuladas por Katie.
Volviendo a las reflexiones que ofrece el libro, nos convendría que formaran parte de nuestro propio manual de instrucciones para la vida. “Advierte cuándo tus pensamientos están en desacuerdo con la realidad”, es la primera de ellas.
La realidad nos puede gustar o no, podemos aprobarla o no, pero no podemos cambiarla. Cuando dejamos de resistirnos a la realidad, la vida fluye con facilidad. Algunos ejemplos: “Debería enseñarse a los niños a ser más educados”, “La gente debería ser más amable”, “La cola del supermercado debería avanzar más deprisa”.
Ocúpate de tus asuntos
La segunda reflexión de Katie: “Ocúpate de tus propios asuntos”. ¿Cuánto tiempo pasamos pensando y hablando sobre la vida los demás, lo que deberían o no hacer? Todo este esfuerzo lo restamos a pensar y actuar en nuestra propia vida. ¿O es que no sabemos qué hacer con nuestra propia vida?
Dar consejos es fácil. Asumir la responsabilidad de nosotros mismos es harina de otro costal. Nos han educado para criticar y cuestionar lo que hacen los otros, y esto sólo nos aleja de nuestro interior, el único territorio sobre el que realmente podemos actuar y que nos proporcionará satisfacción.
Sin embargo, este afán de criticar nos viene de perlas para realizar el Trabajo. Precisamente los cimientos de su método se asientan en criticar y contar la “historia” más fastidiosa de las que tengamos entre las numerosas que “el intérprete” nos proporciona cada día: “Mi madre no me quiere los suficiente”, “Mi marido no me hace caso”, “Mi hijo no me obedece”.
Katie nos propone invertir estos pensamientos para darnos cuenta de que aquello de lo que acusamos a los demás es en realidad un problema nuestro y, además, someterlo a las cuatro preguntas del Trabajo.
“Enfréntate a tus pensamientos con compasión”, compréndelos y te dejarán marchar. “Cobra conciencia de tus historias”, esas que construyes en tu mente y, finalmente, “indaga” y “busca el pensamiento que está tras el sufrimiento” son otras cuestiones de la primera parte de la obra y que posteriormente veremos puestas en práctica en los diálogos que tuvo la autora con algunas personas que acudieron a ella.