Que tu alimento sea tu medicina

    Que tu alimento sea tu medicina © Depositphotos.com/Dmitry Fisсher
    Que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento.
    Hipócrates(460-370 a.C.).

    Hace 25 siglos, el padre de la medicina, Hipócrates de Cos, ya sabía que la alimentación tiene una influencia decisiva en nuestra salud.

    Los sucesivos descubrimientos científicos, que nos han conducido a lo que hoy conocemos como medicina moderna, no han hecho sino consolidar esta sentencia.

    Que tu alimento sea tu medicina

    El cuerpo humano, en su aspecto molecular, puede considerarse como un gran reactor bioquímico, en el que millones de reacciones químicas se están desarrollando simultáneamente, cada una de ellas con sus reactivos, sus catalizadores, sus productos de reacción y su balance energético.

    Muchas de estas reacciones producen energía, que se consume indefectiblemente en llevar a cabo otras reacciones que consumen energía.

    El saldo neto, según la primera ley de la Termodinámica, que nos dice que la energía ni se crea ni se destruye, es siempre cero.

    Entre los productos de reacción hay moléculas que se incorporan a nuestro organismo de una u otra forma, otras que se transforman inmediatamente y otras que se eliminan por diferentes vías (sudor, aliento, orina, bilis).

    ¿Y de dónde proceden los “reactivos”, las moléculas que intervienen en estas reacciones? Obviamente, de todo lo que entra en nuestro organismo: de lo que comemos, bebemos y respiramos, fundamentalmente.

    Esto, si lo pensamos, es algo elemental, pero no por ello solemos tenerlo en cuenta en nuestra vida diaria.

    De hecho comemos, bebemos y respiramos sin caer en la cuenta de que la calidad de todo lo que entra en nuestro organismo, por una u otra vía, va a tener un impacto bioquímico en él: en energía producida o consumida, en consumo de otras moléculas orgánicas, en nuevas moléculas que deberán ser eliminadas, se incorporarán a nuestro organismo o desencadenarán nuevas reacciones, etcétera.

    Cuidarse y disfrutar de la alimentación es posible

    Sería agobiante, además de imposible, ir por la vida considerando y midiendo cada gramo de todo lo que ingresa en nuestro cuerpo; pero la ciencia médica en general, y la ciencia de la nutrición en particular, han evolucionado tanto desde los tiempos de Hipócrates que cualquier persona medianamente inteligente, si tiene interés, puede interiorizar las pautas básicas de una alimentación saludable, que le permita cuidar su cuerpo (es el único que tenemos, y los repuestos escasean) a la vez que disfruta de los placeres que nos proporcionan la comida y la bebida.

    En esta sección escribiré sobre esto: cómo disfrutar de estos placeres a la vez que cuidamos nuestro cuerpo. Aquí encontraréis pautas sencillas, pero convenientemente explicadas, para comer y beber de forma sana y divertida, sin apelar a sacrificios inútiles y muchas veces contraproducentes.

    También os diré lo que no encontraréis: no encontraréis regímenes mágicos, dietas milagro ni alimentos o bebidas que consigan efectos inmediatos y portentosos sobre la salud, porque no los hay.

    Cualquier afirmación, consejo o recomendación que leáis en esta sección estará siempre avalada por estudios científicos rigurosos, casi siempre contrastados y muchas veces avalados por protocolos y recomendaciones de sociedades científicas y profesionales.

    Cuando se trate de hallazgos científicos novedosos, no contrastados suficientemente, lo haré saber para que los toméis con la debida precaución.

    Siento si esta línea editorial decepciona a algunos lectores deseosos de encontrar dietas, alimentos, bebidas o consejos milagrosos y revolucionarios que consigan efectos espectaculares e inmediatos, cualesquiera que éstos sean. Aquí no los van a encontrar.

    Pero si usted, lector, es de esas personas que se preocupan, sin llegar a la obsesión, por su salud, por su bienestar físico y psicológico, y desea vivir razonablemente bien, con buena salud y disfrutando de la vida sin tener que pagar un alto precio por ello, ni económico ni en privaciones absurdas, creo que en esta sección encontrará lo que busca, y en unos pocos meses empezará a apreciar el valor de dedicar unos pocos minutos semanales a leer este apartado.

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