Entrevista a Jandro: “La gente debería encaminar sus esfuerzos hacia lo que realmente le apasiona” Destacado

    Entrevista a Jandro: “La gente debería encaminar sus esfuerzos hacia lo que realmente le apasiona” Fotografía de Núria Agulló

    Entrevista a Jandro

    Jandro, un mago cuyo mayor truco de magia ha sido crecer hasta llegar a lo más alto -hacernos reír en El Hormiguero y facilitarnos aprendizajes desde nuestras mesitas de noche en formato libro con La oreja verde-, es un tipo común, sin pelos (tampoco en la lengua), que tiene la ilusión de llevar a las personas comunes las herramientas que utiliza día a día para disfrutar, aprender y triunfar.

    Jandro tiene un piano de pies y una sauna criogénica, pero sobre todo tiene sentido del humor. Cualquier escena urbana activa su mente para crear ideas. Acepta las cosas como vienen, es paciente, le sonríe al ridículo y hace justo lo que teme. En el día de su cumpleaños, Jandro nos concede un paseo introspectivo en el que habla para los lectores de EPDH sobre objetivos personales, esfuerzo, televisión, magia, niños, la simplicidad del cerebro y… aceitunas.

    Al fin y al cabo, lo que más le gusta es contar cosas: bien sea a través de la magia, de libros o de esta entrevista. Jandro cree que las personas debemos compartir conocimientos, optimismo y un estilo de vida saludable. Y esta entrevista es sólo una de sus pequeñas aportaciones. ¡Pasen y lean!

     

    Si decimos Alejandro López García, quizá no nos viene a la cabeza nada más que la imagen de una persona española. López García... ¡ya se sabe! Ahora bien, si decimos Jandro todos somos capaces de adivinar de quién hablamos. Quizá algunos te hayan conocido en tus inicios a través de la magia, pero la mayoría te hemos visto por primera vez en El Hormiguero. ¿Qué había antes de esa versión de ti mismo?

    Lo mismo, pero más tímido. Yo creo que soy el mismo, aunque habría que preguntárselo a los demás. El mismo pelo, pero un poco menos conocido. Llevo ya 24 años con la magia desde que empecé.

     

    ¿Qué momentos mágicos nos perdemos en la vida?

    ¡Va a ser profunda esta entrevista! Yo creo que nos perdemos el día a día. En mi caso va todo tan rápido que no me da tiempo a disfrutar de los pequeños momentos. Cuando empecé, aunque saliese una vez en la tele lo disfrutaba toda la semana y no solo cuando se emitía. Ahora lo disfruto menos porque estoy pensando en la próxima vez que saldré y soy menos consciente de lo que se emite, de lo que no y del impacto que tiene en la gente. Va todo demasiado deprisa. Yo creo que habría que frenar un poco. Todo eso hace que no veamos el sol que hace hoy, que es fantástico.

     

    ¡Además aquí en Valencia! Y ¿qué mejor que tomándonos un zumo de naranja natural?

    El tiempo aquí es perfecto. En Madrid no: Madrid no es una ciudad para vivir. Aquello es más para trabajar. 

     

    Suerte que a ti tu trabajo te gusta, ¿verdad?

    A mí me gusta el trabajo: si no, no trabajaría. Seguramente ahora estaría durmiendo o comiendo paella. 

     

    Además, ahora tu trabajo consiste en entretenernos, divertirnos y enseñarnos cosas en la tele, pero también en escribir libros, como Guía para calvos y La oreja verde. ¿Cuál es el impacto positivo que has querido conseguir con ellos?

    El primer libro era sólo de humor. Se nos ocurrió la idea a Fernando Acevedo y a mí, y como no había una guía para calvos… Las había de viaje, de vinos, etcétera, pero no una para calvos. Así que decidimos ponerlo en marcha. Entonces el único objetivo era reírnos de los calvos, de los que tienen pelos y de lo que hace la gente para evitar que se sepa que son calvos. El único objetivo era entretener. En La oreja verde no era sólo cuestión de entretener, a pesar de que tiene mucho humor, sino de presentar una serie de herramientas que yo uso en la tele, que creo que le pueden servir a otra gente que no vive en mi mundo pero a la que le pueden ser útiles, porque al final todos compartimos el mismo espacio. Yo ahí pongo mi pequeño legado. La oreja verde es el libro que me gustaría que leyera mi hija cuando crezca. O sea, yo creo que ahora debemos compartir entre todos los conocimientos o las herramientas útiles, porque la cosa está mal, pero todos tenemos algo que aportar al resto. Yo aporto lo que puedo.

     

    Debemos compartir entre todos los conocimientos o las herramientas útiles, porque la cosa está mal, pero todos tenemos algo que aportar al resto.

     

    ¿Crees que las personas ya estamos aportando?

    Creo que algunos sí y otros no. La gran mayoría sí, pero creo que los de arriba no lo fomentan. Ellos fomentan lo contrario, que es la avaricia, la codicia, la corrupción, el engaño... y lo que hay que fomentar es la capacidad de hacer cosas, porque a veces cuesta lo mismo hacerlas que no hacerlas. 

     

    La oreja verde surgió de una charla TEDx, de las cuales tú mismo te consideras fan. ¿De qué otras cosas eres fan?

    Soy fan de la magia, de comer bien y mal, de dormir la siesta, de mis hijos... Me gusta mucho el cine, ver películas, leer… Y soy fan también de cultivar cosas: cebollas, tomates, lechugas, pimientos... me gusta ver crecer los pimientos y luego comérmelos. Creo que me estoy haciendo mayor. Es algo que me da paz y que es relajante. La verdad es que es muy curioso ver que los pimientos van a su ritmo, y que crecen cuando les da la gana, si es que crecen.

    Entrevista Jandro

    Además de eso eres pianista de pies profesional.

    Más que profesional, como soy el único… podría decirse que soy profesional, sí.

     

    Como tú cuentas, te encaprichaste con ese objeto y lo acabaste comprando, lo que podría considerarse una locura. ¿Son los locos los que más consiguen sus objetivos?

    Quizá más que los locos, son los cabezones. Porque a veces quieres conseguir una cosa y hay una serie de impedimentos, pero te dan igual; entonces sigues por diferentes caminos hasta que al final lo consigues. Eso sí, eres cabezón para lo bueno y para lo malo. Pero lo bueno es que no te das por vencido a la primera, y ésa es la diferencia.

     

    Según tu experiencia, para conseguir un objetivo ¿hay que probar, y probar, y probar?

    Hombre, yo creo que hay que seguir probando, lo único es que no pienso que haya que fallar pensando “cuantas más veces falles, mejor”. Si lo aciertas a la primera, estupendo. Lo que pasa es que si ya has fallado, pues lo mejor es aprender de ese error, y que no sea un error, sino un aprendizaje. Pero hay que seguir intentándolo siempre y cuando sea algo realista. Si yo dijera: “Ahora mismo mi objetivo es conseguir la paz en el mundo”, pues a lo mejor debería empezar por la paz donde vivo. E ir poco a poco. O sea, que si los objetivos son realistas, hay que seguir, o bien dividir un objetivo en pequeñas metas, para luego llegar al final. Pero no ponerte un objetivo que no sea alcanzable. Porque, de ser así, te vas a venir abajo en seguida, y el resto tendrán razón cuando te digan que no lo vas a conseguir.

     

    El yate del que tú hablas en el libro. “Ya te dije que...”.

    Pero en este caso sí que tienen razón. O sea, tú tienes que ir poco a poco y poniéndote metas que sean difíciles pero que las puedas conseguir. Y una vez tengas ésa, pues a por otra.

     

    Hablando de metas: tras la compra de aquel piano de pies gigante, ¿cuál es el próximo objeto extraño y revolucionario que vas a comprarte?

    Bueno, ahora he montado una empresa aquí, en Valencia, de una cosa que me parece muy extraña, pero que yo creo que es el futuro. Se llama Sauna Criogénica Valencia, es la primera en Valencia y es muy curiosa.
    Es como un cilindro del futuro muy grande donde cabe una persona, y ese aparato te pone a menos 180 grados durante tres minutos. Yo me enteré de esto por Twitter, me pareció fascinante, lo empecé a estudiar y creo que en el futuro, dentro de dos o tres años, todo el mundo lo conocerá y usará. Entonces yo quería adelantarme a eso. Básicamente, tú te metes ahí durante tres minutos. Es un frío seco, no entras en hipotermia, está controlado, pero te viene un frío intenso y entonces saltan las alarmas del cerebro y el cuerpo reacciona a ese posible peligro, porque como tenemos un cerebro primitivo, cuando hay una amenaza, el cuerpo reacciona y se activa el sistema inmunológico.

    Entrevista-Jandro-Sauna

    Todo esto tiene efecto antiinflamatorio y calmante, además de que el cerebro libera dopamina y endorfinas, y reactiva la circulación de una forma brutal porque va a los órganos vitales para protegerte de la congelación de tu cuerpo. Y cuando sales, la sangre vuelve ya a la extremidades, pero muy oxigenada. La sauna criogénica sirve para muchas cosas. Hay tres líneas: belleza, salud y deporte. Por ejemplo, los deportistas de élite lo están utilizando mucho para recuperarse de los grandes esfuerzos. Yo me meto una vez por semana y estoy súper bien. Ahora, al acabar la entrevista, me voy a meter. Los ciclistas, por ejemplo, lo usan porque no utiliza doping, ya que es tu propio cuerpo el que te regenera. Lo está utilizando gente como Cristiano Ronaldo, Usain Bolt... En Estados Unidos es habitual que los equipos de rugbi o baloncesto tengan su propia sauna. Por último, es muy buena para la soriasis de la piel y para los dolores crónicos, por el tema antiinflamatorio y por el de las endorfinas. Es brutal. Lo probé y decidí ponerlo aquí, pero es una cosa que la gente no conoce. Es un negocio raro que, más que negocio, es un servicio. Pero la gente que lo está probando está muy contenta. Así que ésa es la última locura que he montado. Poco a poco.

     

    Dices que en realidad la mente no crea nada nuevo, sino que asocia. ¿Estamos lo suficientemente vivos, activos y atentos como para poder captar cualquier señal que nos proporcione una idea?

    Nos falta precisamente eso: estar más atentos y tener más curiosidad. Estoy convencido de que, sin una cultura y sin una base, no podríamos sacar ideas nuevas. Tú coges a una persona recién nacida y la aíslas y no te va a crear nada nuevo. Por eso hay que leer mucho, salir, conocer gente, tocar y, sobre todo, observar y ser curiosos desde el principio. Creo que nos falta eso. Ahora somos más de preguntar que de buscar. Yo recibo tuits en los que me preguntan cómo pueden mandarme un correo y resulta que en 30 segundos encontrarían mi correo en la web. Somos muy de no pensar, más que de hacer preguntas. Ahora es todo muy accesible porque con Google, Wikipedia y otros, en un segundo tienes acceso a todo, pero es que hay gente que ni siquiera hace ese esfuerzo de buscar. El hecho de tenerlo todo tan fácil hace que no nos lo curremos tanto y que no seamos capaces de sacarnos las castañas del fuego. Por ejemplo, cuando yo empecé en la magia, no había todavía internet, ni tampoco había casi libros ni vídeos [de magia]. Era más difícil conectar con magos. Entonces, cualquier cosa que caía en nuestras manos la estudiábamos, la aprendíamos a través de libros, y era del estilo “pon el meñique aquí o allá”, y tenías que esforzarte. Ahora con YouTube el acceso es muy rápido, junto con los videos y deuvedés, y lo que ocurre es que se aprende mal, no se entiende la base ni por qué ese meñique va ahí, y al final las nuevas generaciones acaban copiando la manera en que lo hacemos los de ahora y sin entender por qué lo hemos hecho así. Entenderlo bien haría que tú luego pudieras crear otras magias. Gracias a que no estaba internet, yo ahora puedo estar en El Hormiguero haciendo magia nueva, porque tengo la base. Afortunadamente hay magos muy buenos ahora, pero la gran mayoría no están aprendiendo la base.

     

    El hecho de tenerlo todo tan fácil hace que no nos lo curremos tanto y que no seamos capaces de sacarnos las castañas del fuego.

     

    ¿Qué apoyo recibe la magia en España?

    No está apoyada. Por ejemplo en el cine hay ayudas, aunque no vaya nadie a ver la película. En la magia no hay. No hay medios técnicos ni existen las ayudas a la magia. O sea, que es un arte que engloba todas las artes pero no tiene ayudas. Eso sí, es muy bonita. 

     

    ¿Se te ocurre algún apoyo que podría recibir la magia como arte, aparte del fenómeno Harry Potter que le ha dado promoción comunicativamente hablando?

    Sí, hubo varios booms. El del Chanta tachán, el de Harry Potter y el del Nada por aquí, que permiten que haya nuevas generaciones de magos. Yo creo que habría que fomentar más los congresos de magia o hacer alguna escuela de magia... Se está haciendo algo en alguna universidad, pero es delicado. También se me ocurre crear ayudas para organizar grandes espectáculos. A mí me parece mal que haya actividades que sí que tienen una serie de ayudas y otras, ninguna.

     

    Cuentas que no tienes ni idea de qué hay en el cerebro, pero ¿cómo te imaginas el mundo si utilizásemos el 100% del cerebro?

    Bueno, es que realmente lo estamos usando. Dicen que sólo utilizamos una parte del cerebro pero es mentira, nosotros estamos usando el 100% del cerebro. Es como decir “yo uso el 10% de mi músculo del brazo”. Tú creas más sinapsis y tienes áreas más fortalecidas y con más músculo, pero estás usando el 100%. No es posible que una parte del cerebro esté intacta. Tú puedes tener más conexiones o menos, pero no es decir “ha muerto a los 70 años y tenía el 90% del cerebro sin usar”.

     

    Jandro, muchos de los lectores de EPDH tienen niños. Tú haces una sección para El Hormiguero en la que trabajas con niños y con ellos corres, juegas, imaginas... ¿Crees que nos hemos desapegado demasiado de ese instinto infantil y nos creemos demasiado adultos para divertirnos?

    Creo que sí. Es muy curioso, porque los niños en seguida quieren hacerse mayores y decir “ya tengo cinco años y soy mayor”. Y luego, cuando eres más mayor, quieres ser niño, pero no nos acordamos de serlo. Los niños tienen una ilusión bárbara, una curiosidad tremenda y nada de miedo a probar experiencias nuevas. Luego ya nos encargamos nosotros de decirles lo que tienen que pensar y dónde tienen que mirar, y nos cargamos esa creatividad innata que tienen. Es una pena. Luego te das cuenta de que tenías que haber sido más curioso y haber aprendido y probado más cosas.

     

    Jandro, tú eres calvo, y sabes aprovechar esa condición.

    Bueno, no me aprovecho. Sólo soy calvo.

     

    ¡Claro! Pero parece que disfrutas con ello y que sepas sacarle partido. Pero estamos viviendo en un mundo bastante superficial, corrígeme si crees lo contrario. ¿Cómo has llegado a la conclusión de que ser calvo mola?

    No he tenido otra opción. Creo que tuve la suerte de quedarme calvo pronto. En aquel momento no era agradable, pero ahora es fantástico porque yo tengo cero problemas con mi pelo. Sin embargo, una persona que se queda calva a los 30 o a los 40 cree que se está haciendo mayor, y entonces empieza a gastarse una barbaridad de dinero para que no se note que se está quedando calvo y se engancha a medicinas y pastillas para cambiar su imagen. Entonces están chungos mentalmente porque ya no están felices como son, y además se están dejando una pasta. Como cuando me quedé calvo no había otra…

     

    ¿Cuántos años tenías?

    No hay una edad exacta porque el pelo no se cae de golpe, pero entre 16 y 20. Y no había las pastillas que hay ahora, que enganchan de por vida, porque si se dejan se pierde todo el pelo. Nunca van a curar la calvicie, porque sería tirarse piedras sobre su propio tejado. Claro, las farmacéuticas lo que van a hacer es inventar una cosa que funciona un poco: no se te cae más el pelo y se te repuebla un poquito, y ya te engancha de por vida. Si te doy una pastilla que te lo cura, he perdido un cliente. Yo tuve la suerte de que fue pronto. No es que saque beneficios, es que veo que en las nuevas generaciones va a haber muy poca gente calva porque lo habitual será tomarse algo. Parece que quedarse calvo sea una enfermedad o un problema. Creo que hay otros problemas. Gastan una barbaridad de dinero en curar a ratones calvos y yo no he visto ningún ratón calvo quejarse. Pero allá ellos con su dinero.

     

    En realidad se trata de coger la situación y darle la vuelta a la tortilla. Muchas veces nos estamos lamentando de lo que nos pasa y en realidad sería mejor aprender de ello.

    Bueno, es que si ves quedarte calvo como un problema, es un gran problema. Tu entorno ve que te estás quedando calvo: “Lávate con esto, tómate lo otro...”. Si te olvidas de todo eso dices: “Bueno, tengo menos pelo, ¿qué pasa?”. Lo único es eso, que te quemas en verano, y por eso hay que llevar gorra.

     

    Aunque insistes en que el talento no existe, tú has tenido el talento de llegar lejos. Eras un joven aprendiz de magia y ahora eres guionista de uno de los programas televisivos más geniales. ¿Cuáles son los secretos de este resultado?

    Sólo trabajar. No hay atajos. Sobre todo, trabajar en lo que te gusta. Porque si trabajas en lo que te gusta, te esforzarás más cuando no lo consigas, seguirás intentándolo más intensamente. Si estás trabajando en algo que no te gusta y a la primera te pasa algo, no vas a seguir, porque encima no te gusta. Así que creo que la gente debería encaminar sus esfuerzos hacia lo que realmente le apasiona. 

    Entrevista Jandro1

     

    Y el miedo…

    El miedo mueve el mundo.

     

    Si existe, digo yo que para algo servirá. ¿Qué utilidad tiene el miedo o cuál le podemos dar nosotros?

    El miedo es básico para todo, porque el miedo nos hace sobrevivir. La parte de abajo del cerebro se llama reptiliana, y luego desarrollamos la parte de arriba, que es la que mola. Pero la de abajo, la reptiliana, es la que, ante cualquier estímulo, para y busca la manera de que puedas sobrevivir. Entonces, gracias al miedo, el hombre avanza. También el miedo es una forma de controlar a la gente por parte de los de arriba. Acuérdate de qué ha pasado con las vacas locas, la gripe A, la porcina… ha desaparecido esto, pero ya nos han metido el miedo en el cuerpo y ¡pum!, te controlan. Y como el cerebro sólo quiere que nosotros sobrevivamos, no que avancemos, nos hace tener miedo a los cambios, porque cualquier cambio podría ser un peligro. Tenemos que superar esos miedos para poder avanzar. Decía Punset que la felicidad es la ausencia de miedo, y creo que es una excelente definición de lo que es el miedo y lo que puede hacer por las personas. Es verdad que, por cómo hemos sido hechos, tenemos más miedos que los que deberíamos tener. Tenemos miedo a todo y, realmente, de todos los miedos que tenemos no pasa prácticamente ninguno de ellos. Sobre todo, no hay que tener tanto miedo a probar cosas nuevas. “Me apetece escribir: voy a intentar escribir un libro”. Si te apetece y está en tu mano, todo es intentarlo. Hay gente que, cuando va a hacer algo nuevo, deja lo anterior. Si quieres escribir un libro o ser actor, bueno, no dejes tu trabajo tampoco, hazlo en paralelo. Así, si te va mal, al menos tienes lo anterior. Yo lo hice así: no dejé una cosa por otra, iba en paralelo, y al final una cosa empieza a funcionar mejor y vas cambiando un poco.

     

    Gracias al miedo, el hombre avanza. También el miedo es una forma de controlar a la gente por parte de los de arriba.

     

    ¿Recuerdas algún miedo que hayas tenido tú?

    Bueno, yo siempre he tenido miedo a hablar en público y ahora no hago otra cosa. Hay una cosa de la que me he dado cuenta, y es que nada es tan importante. A veces le damos una sobredimensión a todo lo que hacemos… O, por ejemplo, ahora con las redes sociales, ponemos un tuit y la gente cree que ya lo ve todo el mundo y se creen súper importantes. Han puesto una frase. Los blogueros y tuiteros a veces se hacen llamar influencers. Le dan  importancia a lo que hacen porque les siguen cinco mil personas, pero todas ellas son virtuales. El mundo virtual es muy diferente al real. Y los que están todo el día con el Twitter y tienen seguidores que les retuitean se creen súper importantes, pero luego van a casa y están solitos.

     

    ¿Haces algún llamamiento con eso?

    No, sólo creo que vivimos en el mundo en que vivimos. Hay que compaginarlo bien. Las redes sociales son una herramienta más como pueden ser la tele, la radio, la prensa… al final, el mundo real es el importante.

     

    Lo que sí es real es Valencia Emoción. Háblanos un poco de este proyecto.

    Bueno, Valencia Emoción fue una primera puesta en escena que consistió en llevar conferencias de gente que creo que puede aportar algo o hacer ver las cosas diferentes a las personas a un gran teatro, con una entrada asequible y un debate posterior. Como lo organizo yo, al final este año hice yo sólo la primera conferencia y fue muy positiva. Así que la idea es traer a gente que conozco de fuera, que pasará un rato hablando simplemente con el público normal de la calle. No tiene mayor pretensión que pasar una mañana agradable, riéndonos, pensando, intentando ver las cosas desde otro punto de vista, siempre con alguien que tenga algo interesante que mostrar. La acogida fue muy buena y pronto prepararemos la siguiente. Lo bueno es que es para todo el mundo: no es algo excluyente o sólo para empresarios ni para estudiantes… En la edición que hicimos había niños, había amas de casa, había estudiantes, había empresarios… había de todo, y eso es lo bonito.

     

    A veces el crecimiento personal se enfoca a hombres de negocios.

    Sí, y eso es un error. De hecho, eso jugó en mi contra con el libro, porque muchos hombres de negocios no lo compraron ni me fueron a ver porque lo había escrito yo, es como “¿qué les voy a contar yo a esta gente?”. Y sin embargo, otros que sí lo leyeron quedaron encantados. Creo que [los hombres de negocios] tienen demasiados prejuicios. Es verdad que estas conferencias sólo se dan para empresas, jefes, líderes… y las grandes enseñanzas de este tipo son para todos los públicos. Creo que en las escuelas deberían enseñar un poco de inteligencia emocional, desarrollo personal o emprendimiento. Un poquito, al menos unas nociones que hagan ver las cosas desde otro punto de vista.

     

    Creo que en las escuelas deberían enseñar un poco de inteligencia emocional, desarrollo personal o emprendimiento.

     

    Hablemos un poco de televisión. A parte de El Hormiguero, ¿qué otros programas de la tele ves?

    Pues es que no veo la tele porque como estoy dentro… La cosa es que estamos todo el día allí y cuando llego a casa ya es súper tarde. El fin de semana veo alguna serie… Te habré decepcionado, pero es que no la veo. 

     

    Para nada. Para mí no es ninguna decepción: creo que cada vez los jóvenes la vemos menos, ya que podemos elegir tele a la carta.

    Puede ser. Creo que los jóvenes ven series y vídeos en YouTube… Siguen viendo la tele, pero no tanto como la gente mayor. 

     

    ¿Opinas que la tele emite lo que la gente quiere ver o que simplemente la gente ve lo que la tele pone?

    Yo creo que las dos cosas, pero por ejemplo no creo que exista la telebasura. Yo creo que la tele emite cosas y tú decides verlas o no verlas. Cuando hay programas, por ejemplo, que son criticados por todo el mundo y nadie los ve porque es basura, pero luego es lo que tiene más audiencia, será porque a la gente le gusta. Creo que si a la gente no le interesara, la tele no lo emitiría. No creo que haya programas ni mejores ni peores, sino que se adaptan más a tu gusto o no. O canales a los que eres más o menos afín. 

     

    Cuando hay programas, por ejemplo, que son criticados por todo el mundo y nadie los ve porque es basura, pero luego es lo que tiene más audiencia, será porque a la gente le gusta. 

     

    ¿Cuál es la clave del éxito de El Hormiguero?

    Hacemos el programa que nos gustaría ver y curiosamente no lo vemos, porque lo estamos haciendo. Hacemos lo que nos gusta y con mucho esfuerzo, mucha ilusión, pero realmente somos como una familia que ha ido creciendo junta. De no ser así no lo aguantaríamos, porque son muchas horas y muchas historias. El éxito es que el equipo es bueno.

     

    ¿Estamos siendo críticos o vemos la televisión de una manera pasiva, dejándonos manipular?

    Yo creo que la tele es la tele y punto. A veces creamos demasiadas discusiones. Es un medio de comunicación y entonces ciertos programas como los informativos y los documentales deberían tener un cierto rigor, porque su objetivo es informar. El resto, no. Si es entretenimiento, cada uno se entretiene como quiere. Deberían tener una ética mínima, pero no se trata de enseñar. Para enseñar hay otras cosas. Es cierto que la tele puede enseñar y hay programas de entretenimiento que además enseñan cosas, como El Hormiguero, pero el objetivo de la tele no debería ser enseñar.

     

    Echando una mirada hacia el futuro, ¿cómo te ves dentro de diez años?

    Con pelo (ríe). No, me veo igual, pero con muchos pimientos bien crecidos. Me veo moviéndome un poco, corriendo un poquito para quitarme el estrés, escribiendo, haciendo conferencias y actuaciones y quizá en algo de tele, no lo sé. 

     

    ¿Le has pillado el gustillo a escribir o ya lo hacías antes?

    No, lo que pasa es que escribir es realmente una forma de contar las cosas igual que puede ser hacer un monólogo o hacer magia. O lo plasmas en una tele, o lo plasmas en un libro. Pero me gusta escribir porque, si no, hay muchas cosas que se me olvidan. Lo hago también para mí. Es una forma de no olvidar ciertas cosas. 

     

    ¿Te acostarás hoy sabiendo alguna cosa más?

    Pues… hoy es mi cumpleaños.

     

    ¡No me digas! Felicidades. Pues muchas gracias por haber decidido pasarlo con nosotros y con los lectores de EPDH.

    Hoy aprenderé que aún me queda bastante por vivir.

     

    ¿Qué tres consejos le regalarías por sus cumpleaños a los lectores de EPDH para que mejoren sus vidas?

    Que se pongan más en el lugar del otro, porque a veces te das cuenta de que tú estabas un poco equivocado y, aunque no compartas la decisión que está tomando la otra persona, te das cuenta de por qué la está tomando. Que salgan a correr un poquito, no por el cuerpo, que dicen que va bien, sino por la cabeza, porque oxigena y despeja. Y el tercero, que coman paella y aceitunas. Eso creo que es fundamental en la vida. Espero que algún día una marca de aceitunas patrocine mi vida y no tenga que hacer nada, sólo comerlas y decir “qué ricas que están”. 

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