Síndrome de Peter Pan y complejo de Wendy

    Síndrome de Peter Pan y complejo de Wendy © Depositphotos.com/Wavebreakmedia

    Siendo niños queremos comportarnos como adultos, y muchos adultos nunca quieren dejar de ser niños.

    Hablamos del conocido síndrome de Peter Pan, que viene acompañado no sólo de inmadurez e irresponsabilidad, sino también del deseo de tener cubiertas todas las necesidades constantemente, de ser mimado y cuidado por un perfil de pareja que puede crear otro síndrome: el de Wendy.

    Síndrome de Peter Pan y Wendy

    “No quiero hacerme mayor”. Ése es el lema de Peter Pan, el personaje infantil que contaba, entre otras cosas, con la capacidad de no crecer.

    Ésta es la característica principal de las personas con el síndrome que lleva su nombre: la negación a madurar y crecer y el deseo de permanecer en un estado perpetuo de juventud, con sus consecuencias y responsabilidades.

    ¿Cómo es un adulto con el síndrome de Peter Pan?

    Normalmente son hombres que presentan estos rasgos:

    - Son personas alegres, joviales y con muchas ganas de diversión. Su comportamiento es el de un eterno adolescente.

    - Eluden responsabilidades típicas de su edad y de la adultez. Muchas veces esta irresponsabilidad puede tener matices de rebeldía.

    - Son personas dependientes e inseguras, que necesitan que cuiden de ellos, que les mimen y que satisfagan sus necesidades a todas horas.

    - En este sentido, tienen miedo a quedarse solos, a ser abandonados y a no saber cuidarse por ellos mismos.

    - Muchos de ellos presentan rasgos de narcisismo, es decir, de un excesivo egocentrismo y amor por ellos mismos, que en realidad esconde más inseguridad.

    - Suelen cambiar mucho de pareja, propio de su deseo de no querer cumplir con la responsabilidad de la relación, huyendo del compromiso y la estabilidad.

    Un Peter Pan conlleva una Wendy

    En algunas ocasiones, aunque no tan frecuentemente, el síndrome de Peter Pan provoca que, a su lado, tenga que haber una persona que se haga cargo de él. Es lo que se conoce como el complejo de Wendy.

    ¿Cómo es una mujer con este complejo?

    - Ante el hombre que necesita cuidados constantes, la mujer necesita satisfacerle, agradarle y hacerle feliz constantemente; necesita ser imprescindible para él.

    - Se preocupa excesivamente por el otro, procurando que todo esté a su gusto y realizando conductas propias de un cuidado maternal.

    - No sabe decirle que no. Le quita responsabilidades, resta importancia a sus malas conductas o pide perdón por todo, aumentando su sentimiento de culpa.

    - Son personas muy inseguras también. Buscan la aceptación de la pareja, por lo que hacen cualquier cosa por él, intentando evitar que se enfade y les abandone.

    - En definitiva, son sobreprotectoras, sacrificadas y con un gran complejo de inferioridad, lo cual no hace más que potenciar el perfil de Peter Pan.

    ¿Cómo afecta a la relación de pareja?

    Normalmente la pareja se ve afectada, en primer lugar, en el terreno del compromiso.

    Las personas con el síndrome de Peter Pan eluden las responsabilidades propias de la relación, además de buscar siempre un cuidado y aprecio por parte del otro miembro, pero raramente dándolo ellos.

    Y los afectados por el síndrome de Wendy siempre están ahí para satisfacerles: les miman, hacen todo lo que quieren y cumplen por ellos, sobrecargándose de responsabilidades y dejando de cuidar de ellos mismos, mirando cada vez menos por ellos.

    Es importante entender que modificar estas ideas supone un cambio enorme en la personalidad de quienes las sufren, por lo que es un trabajo que exige gran esfuerzo, tiempo y convicción.

    Quienes tienen síndrome de Peter Pan deben comenzar a ver los aspectos positivos de crecer y madurar, no dejarse llevar por ideas irreales sobre juventud eterna y, sobre todo, asumir responsabilidades acordes a la edad y el compromiso propio de la relación de pareja.

    En quienes predomina el síndrome de Wendy deben aprender a quererse más a ellos mismos y a preocuparse más por ellos, y deben entender que el amor significa más que simplemente que los necesiten o que se sacrifiquen por el otro.

    Como pareja debéis entender que la relación es cosa de los dos: ambos tenéis que dar al otro, no esperar algo sin más, preocuparos por la pareja sin descuidaros a vosotros mismos y aprender a valorar lo que el otro hace.

    Recordad: nunca se deja de crecer; ni cada uno por separado, ni los dos como pareja. 

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    ¡Compartir es vivir!

     

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