Invierte en ti mismo

En el ajetreado mundo de hoy en día es fácil perderse en la rutina y el estrés. El trabajo, la familia, los amigos o el hogar son áreas importantes de nuestra vida que nos absorben tiempo y energía.

Sin embargo, desde mi punto de vista, hay un área fundamental que puedes ignorar fácilmente si estás volcado en el exterior y en los demás: esa área eres tú mismo.

Si ya sabes que eres la persona más importante de tu vida te doy la enhorabuena; si no, te invito a que reflexiones sobre ello.

Todas las experiencias que has vivido a lo largo de tu vida han partido desde ti, desde tu percepción subjetiva de la realidad, y en todas ellas tú eras el centro mismo.

Es algo tan básico y cotidiano que es muy fácil que pase desapercibido. Tú eres el centro de tu existencia y vives por y para ti.

Hay quien considera egoísta esta visión de la vida, ante lo cual yo me planteo: ¿Con quién vas a pasar las veinticuatro horas del resto de tus días? Exactamente: contigo mismo.

No se trata de quererlo todo para ti y desear ser el centro de todas las miradas, más bien consiste en constatar el hecho de que continuamente eres el punto central de tu experiencia subjetiva.

Domina tus capacidades, desarrolla tu potencial

Una vez llegados a este punto, ¿qué te parece la idea de invertir en ti mismo?

Cuanto más aprendas sobre ti mismo, cuanto más desarrolles tus habilidades y conozcas tus limitaciones, más fácil te será conseguir tus objetivos, puesto que tendrás mucha más información sobre cómo manejarte.

Puede que ahora seas un coche de fórmula uno, pero de nada sirve si te conduces como un seiscientos.

Te conviene actualizarte y aprender sobre todo lo que eres capaz de hacer al ser un coche de carreras. Cuando domines toda tu tecnología, no habrá carrera que se te resista.

Dedícate tiempo a ti mismo

Para empezar, puedes escoger un momento al día o un día a la semana para dedicártelo en exclusiva a ti mismo. No estarás disponible para nadie más que para ti.

Reflexiona sobre ti mismo, sobre tu vida y el curso que está llevando. Además puedes dedicar ese tiempo a formarte en aquello que más te guste o que te haga crecer y evolucionar, como el desarrollo personal.

También te puedes tomar ese tiempo como un regalo y hacer algo con lo que realmente disfrutes, en recompensa por la forma que tienes de cuidar de ti mismo y aprender.

Sea como sea, resérvate tiempo para ti. Es fundamental para tu bienestar, tu equilibrio y tu desarrollo.

Cuando así lo hagas, serás más apto y estarás en una mejor situación para dar lo mejor de ti en cada momento.

Además estarás mostrando al mundo cómo invirtiendo en ti estás mejorando tu vida y, por ende, mejorando la de las personas que te rodean.