Si hace algún tiempo que vas al gimnasio, habrás visto a distintos compañeros que utilizan la misma rutina día tras día.
Algunos os preguntaréis por qué a personas diferentes se les planifican los mismos entrenamientos de fuerza. ¿Y por qué no cambian las rutinas?
Vayas por donde vayas, todos te dirán que nadar es uno de los mejores ejercicios que existen.
¿Pero sabemos realmente si es cierto? Y de serlo, ¿sabríamos argumentar por qué?
¿Estiramientos? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué? ¿Para mí también? ¿Con qué método?
Éste es uno de los temas quizás con mayor controversia dentro del sector de la educación física y uno de los que sigue en búsqueda de mayores evidencias.
A día de hoy, repasando la bibliografía que nos han ido dejando los investigadores, encontramos algunas ideas claras que te voy a transmitir a continuación y que así podrás utilizar a partir de ahora.
Mi pareja me acaba de realizar unas razonadas críticas constructivas:
-¿No tenías tantas ganas de comprarte la bicicleta hace dos veranos? Pues nada, después de gastarte un dineral ahí la tienes, cogiendo polvo, ¡y como no tenías bastantes trastos…! Así que tú sabrás lo que haces.
Hace apenas una década era prácticamente imposible tener un entrenador personal: únicamente la clase alta podía acceder a este tipo de servicios.
Se trataba de un producto exclusivo e incluso caprichoso para los más adinerados.
Hoy en día, sin embargo, tener un entrenador personal se ha convertido en una necesidad para muchos y en un servicio accesible para todos.
¿En qué te puede ayudar un entrenador personal?