En este vídeo podemos ver a un niño que demuestra su enorme destreza con un juego tradicional como es el yo-yo, algo que nos invita a reflexionar sobre dos cuestiones:
- Es importante que el niño disfrute realizando estas competiciones. No se debe obligar a un niño a entrenar para alcanzar ese nivel de preparación si para ello hay que privarle de su infancia. Otra cosa bien distinta es que lo haga por voluntad propia y que lo haya convertido en una afición que no le impida disfrutar de relacionarse y jugar con otros niños.
- La segunda de las cuestiones, es preguntarse ¿Cuántas horas creéis que pasará este niño frente a videoconsonlas, tablets, pc....? Está claro que puede haber diversión más allá del espacio digital y eso es algo que también tenemos que inculcar a nuestros hijos.
Os dejo a este estupendo prodigio que con tan sólo seis años cautivó a todo el público: