De tal palo, tal astilla: los padres como modelo
Esto no quiere decir que tu hijo sea una imagen calcada a ti, pues obviamente desarrollará muchas actitudes gracias a otros factores. Pero ¿qué pueden aprender tus hijos de ti? ¿Cómo puedes ser un buen modelo para ellos?
Los niños están constantemente aprendiendo, y cuanto más pequeños son, más amplio es su aprendizaje. Son como esponjas que absorben todo cuanto ven.
En los primeros años de la vida del niño, sus padres se convierten en sus personas de referencia, en modelos de conducta, y básicamente lo hacen viendo cómo se comportan sus padres.
Los niños pueden aprender una conducta nueva (sea positiva o negativa) viendo a su padre hacerla.
Más tarde, sus compañeros de colegio y sus profesores ejercerán una gran influencia en su comportamiento, pero al principio tú eres el espejo en el que se mira.
Los niños repiten los comportamientos de los padres
Por tanto no hablamos de estilos educativos, sino simplemente de tu forma de comportarte.
Tus hijos pueden aprender a relacionarse según como te relaciones tú con los demás: si las cosas en casa se dicen a gritos, tu hijo aprende que la forma adecuada de comunicarse es gritando; pero si existe una buena comunicación entre la familia, tu hijo adoptará este estilo.
Si eres una persona que se preocupa mucho, tu hijo aprenderá a preocuparse también, porque será “lo normal”, lo que ha aprendido en casa.
O también pueden aprender de tus miedos e interiorizar que algo es peligroso porque tú lo creas y se lo hagas ver.
Sé un modelo de aspectos positivos
Esto no quiere decir que tu hijo no vaya a aprender cosas positivas, como el estilo de comunicación que se ha comentado.
Puede aprender las buenas maneras en la mesa si éstas existen en casa, al igual que puede adoptar la costumbre de comer de todo, puede aficionarse a la lectura si ve a sus padres leer; puede aprender a ser ordenado y limpio con sus pertenencias si existe un orden y una limpieza en casa; puede ser responsable con sus tareas y quehaceres si en casa se promueve el valor de la responsabilidad; puede aprender a irse a la cama pronto y a dormir sin la tele puesta si ve que sus padres también lo hacen, etc.
"Sé tú ese espejo en el que quieres que tu hijo se refleje, y él aprenderá a mirarse en él."
En definitiva: tu hijo aprende de ti. Ha aprendido desde que nació, lo sigue haciendo y seguirá aprendiendo, porque siempre serás un modelo para él.
Por tanto, para ser ese buen modelo, no puedes recurrir al “haz lo que yo te diga”, y menos si tú eres el primero que no lo hace.
Has de ser coherente y justo con tus hijos para que aprendan las conductas que vean en ti, en lugar de castigarles por hacer algo que quizá hayan aprendido observándolo.
Primero sé tú ese espejo en el que quieres que tu hijo se refleje, y él aprenderá a mirarse en él.