Fetichismo, excitación equivocada

    Fetichismo, excitación equivocada © Depositphotos.com/Bezikus

    Una de las conductas sexuales catalogadas como parafilias es el fetichismo, que consiste en excitarse usando objetos.

    A primera vista el fetichismo no tiene por qué suponer un trastorno, pero se convierte en tal cuando la excitación únicamente se produce con estos objetos u otros menos relacionados con el sexo, lo cual puede crear un verdadero problema a la hora de mantener relaciones sexuales.

    Fetichismo, excitación equivocada

    Un caso real

    C, un hombre de 33 años, y A, su mujer de 32, acuden a consulta argumentando problemas en sus relaciones sexuales. Al principio no queda muy claro el origen de los mismos, pero parece ser que a él no le excita su mujer.

    En varias entrevistas individuales con C, sale a la luz un tema que le da mucha vergüenza pero que, en realidad, es el motivo de todo el problema: sólo se excita cuando su mujer va muy maquillada y con los labios rojos.

    Esto ha creado un problema en las relaciones sexuales, ya que A no está cómoda con esto y ha sido motivo de discusión muchas veces.

    Tras muchas sesiones de evaluación, llegamos a la conclusión de que el origen de dicha excitación residía en el aprendizaje que había tenido C sobre el sexo, pues en su adolescencia se masturbaba en una habitación que tenía un póster de una famosa actriz que iba maquillada de ese modo.

    Sexo como aprendizaje condicionado

    Igual que le ocurre a C, muchas personas se excitan con objetos de cualquier índole.

    En este caso era el maquillaje, y más concretamente el pintalabios rojo, pero puede ser cualquier cosa, a veces incluso nada relacionado con la sensualidad o sexualidad. Lo más típico es que sean objetos como la ropa interior femenina o los zapatos de tacón.

    ¿Por qué la mayoría de fetiches son de este estilo? Estos objetos están íntimamente asociados a la publicidad sexual o a las imágenes sensuales que podemos ver en películas o revistas.

    Por ello tenemos ciertos objetos, situaciones o incluso lugares especialmente asociados al sexo.

    Lo que ocurre con el fetichismo es exactamente esto: condicionamos un objeto al sexo. Es decir, como hemos visto en el ejemplo anterior, C se excita con los pintalabios rojos y el maquillaje porque su aprendizaje sexual se vio condicionado por este aspecto.

    El sexo también se aprende, y si lo aprendemos asociándolo a ciertos objetos o situaciones en concreto podemos relacionarlo y condicionarlo hasta este límite.

    Los conflictos del fetichismo

    Uno de los problemas que puede tener el fetichismo es el objeto en sí con el que la persona se excita, ya sea por la rareza del mismo, su dificultad para complementarlo con el sexo, la vergüenza que puede suponer, etc.

    Igualmente, esto puede provocar dificultades en las relaciones sexuales que, a su vez, influyan en la relación de pareja, haciendo aumentar los conflictos en la misma.

    No obstante, lo que realmente supone un gran problema es que el fetiche sea lo único con lo que se excita la persona, es decir, que sea necesario el objeto para provocar una respuesta sexual, una excitación.

    Se pueden utilizar objetos con el fin de potenciar las relaciones sexuales o para incrementar la excitación, pero no deben ser la causa única de esta excitación. 

    Así que pregúntate: ¿Me excito con algún objeto? Y si es así, ¿lo necesito siempre para excitarme?

    Si la respuesta es positiva, es muy probable que esto pueda acarrearte algún problema en tus relaciones sexuales, por lo que te recomiendo que solicites ayuda psicológica para poder reaprender el sexo de una forma más natural.

    Recuerda: el objeto puede ayudar a excitarse, pero no debe ser nunca lo único que lo haga si quieres evitar importantes problemas de pareja.

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