Problemas sexuales, problemas de pareja: relación recíproca
En psicología, todo lo relacionado con el sexo y sus problemas derivados siempre ha sido tema de estudio y debate.
A lo largo de los años, la terapia sexual ha ido variando en su enfoque, bases científicas y el desarrollo del tratamiento más eficaz.
Hasta los años 70 se pensaba que los problemas sexuales sólo eran una pequeña parte de los conflictos psicológicos que tenía la persona, y no había un tratamiento dirigido a su mejoría.
A partir de entonces, la ciencia se encargó de encontrar las explicaciones físicas de la respuesta sexual, y muchos profesionales abordaron la idea de que la gran mayoría de problemas sexuales tienen su causa en dos principales aspectos: ansiedad y poca habilidad.
Los expertos Masters y Johnson desarrollaron un tratamiento en esta dirección que se sigue utilizando a día de hoy, variando algunos aspectos, pero no sus puntos fuertes.
Posteriormente, el psicólogo Joseph Lo Piccolo modernizó el tratamiento y concluyó que los problemas sexuales casi nunca vienen solos, y que prácticamente siempre hay que tratar también un problema personal o de pareja relacionado con este conflicto sexual.
¿Qué puede haber tras un problema sexual?
“Es que ya no lo hacemos nunca”. Éste es uno de los conflictos a los que se refieren las parejas con estos problemas.
Normalmente uno de los miembros desea tener más relaciones que el otro, pero éstas han disminuido considerablemente.
Obviamente, éste es un problema sexual, pero la explicación no tiene por qué ser estrictamente física.
Como vimos en “Buena autoestima, sexo asegurado”, y en “¿Eres espectador de tus relaciones sexuales?”, existen conflictos personales que pueden mermar la respuesta sexual.
Cuando el problema está en uno mismo
La baja autoestima y la ansiedad por cumplir altas expectativas son dos de estos problemas, como se explicó en estos dos artículos.
Pero otro gran conflicto que radica en la persona es el problema de los celos. Muchos creen que éste es un problema de pareja, sobre todo las personas celosas, pero ésta es una realidad engañosa.
Los celos son un conflicto personal que en realidad esconde un problema de inseguridad y de poca confianza, muchas veces exagerando la conducta de la pareja, o a veces incluso independientemente de ella.
Este problema personal casi siempre provoca un conflicto de pareja que, con toda seguridad, hará que las relaciones sexuales se vean perjudicadas.
Cuando el problema está en la pareja
La mayoría de ocasiones un problema de pareja genera un problema sexual, y no al contrario, como muchos pueden creer.
Algunas veces el punto débil de la relación está claro, como puede ser en el caso de una mala comunicación.
Si la pareja habla poco o lo hace a base de reproches u otras formas negativas de comunicarse, es obvio que la relación saldrá dañada, y el sexo será un tema que quizá ni interese.
Del mismo modo, el enfado es otra conducta que puede estar deteriorando la vida de pareja.
El enfado de uno de los miembros con el otro o el mutuo de ambos es una lacra que va a ir minando vuestra vida, por lo que hay que ponerle solución ya.
Igualmente, es posible que tengáis un sistema de refuerzos entre vosotros muy pobre.
Hay que seguir trabajando la pareja todos los días, dedicando tiempo, afecto, esfuerzo y ganas a la relación, porque es la única forma de mantenerla.
Todos estos conflictos pueden haber instalado una dinámica muy negativa en la relación, por lo que es lógico que todos los aspectos de la misma estén perjudicados, siendo el sexo uno de ellos.
Muchas personas creen que, aunque la pareja no esté del todo bien, las relaciones sexuales deben seguir existiendo sin ningún problema, y no es así.
Los problemas sexuales y los problemas de pareja están íntimamente relacionados, por lo que hay que cuidar cada uno para mejorar el otro.