Sexo durante el embarazo, ¿sí o no?

    Sexo durante el embarazo, ¿sí o no? © Depositphotos.com/Wisky

    Tener relaciones sexuales en el embarazo es una idea que muchas parejas rechazan por miedo a las posibles consecuencias negativas para su bebé. Sin embargo, esta creencia está basada en mitos que, la mayoría de veces, no son reales. El bajo deseo sexual es uno de ellos, y aunque pueda estar ocurriendo en vuestra situación, lo importante es que seáis capaces de seguir trabajando en vuestra relación.

    Sexo durante el embarazo, ¿sí o no?

    A lo largo de los nueve meses que dura el embarazo, son muchos los cambios físicos y psicológicos a los que la mujer se enfrenta. Cada una lo experimenta de forma personal y única, pero lo que está claro es que ésta es una etapa significativa para cualquier padre o madre. Durante este tiempo hay muchos aspectos que cambiarán, tanto en cada uno como en la relación de pareja.

    El sexo es uno de esos campos que pueden modificarse, aunque, como veremos, no tiene por qué. Existen varios mitos y leyendas acerca de la influencia negativa de la práctica sexual durante el embarazo; sin embargo, las investigaciones más recientes destacan más los puntos a favor que los aspectos en contra.

    Desterremos los mitos sobre sexo y embarazo

    Muchas mujeres creen que practicar sexo durante el embarazo es peligroso para su futuro hijo, creyendo que se puede dañar al feto. El bebé está siempre protegido en el útero gracias al líquido amniótico, que funciona como un colchón a su alrededor, por lo que no se le molesta durante las relaciones.

    Obviamente, se recomienda no realizar movimientos muy bruscos durante el acto sexual, igual que tampoco posturas muy incómodas ni forzadas. Lo óptimo es encontrar la posición ideal en que la mujer se encuentre confortable y pueda moverse fácilmente, con el fin de evitar una tensión o presión excesiva, algo que sí pueda afectar negativamente al feto.

    Únicamente se contraindica el sexo si existe algún problema físico y el especialista considera que es perjudicial para el desarrollo del embarazo. Por tanto, es importante hacerse revisiones y seguir las indicaciones de los médicos. De todas formas, estas contraindicaciones no son comunes, por lo que no hay que asustarse ni asumir otro mito: que el sexo puede hacer que se pierda el bebé.

    No está demostrado que las relaciones sexuales influyan en la pérdida del niño durante el embarazo; por tanto, si el médico no os dice lo contrario, es más que aconsejable que tengáis relaciones durante estos meses. La práctica favorecerá los músculos de la zona genital y una mejor circulación sanguínea. Y no nos olvidemos del aspecto psicológico: mejorará el estado de ánimo y potenciará la unión de la pareja.

    ¿Hay menos deseo sexual en el embarazo?

    La pérdida de apetito sexual en este período es lo que más puede preocupar a la pareja. Los meses iniciales son clave en este asunto: se producen los primeros cambios físicos, acompañados normalmente de malestar y náuseas, los cuales pueden mermar el deseo sexual al inicio de la gestación. Además, el cansancio que se tiene en esta primera etapa influye igualmente en el interés sexual de la futura madre.

    Sin embargo, muchas mujeres afirman tener un mayor deseo durante estos meses, debido al cambio hormonal y a la desinhibición que experimentan. Así que podríamos estar hablando de otro mito, el que afirma que las mujeres embarazadas no tienen apetito sexual. Es posible que el deseo fluctúe durante todo este tiempo, pero de lo que no hay duda es de que no desaparece por completo.

    Lo que sí es más común es la aparición de esos miedos derivados de los mitos sobre dañar al bebé, así como un mayor rechazo a los cambios físicos que sufre el cuerpo. La pareja debe ser, más que nunca, una fuente de cariño y afecto, pues la autoestima es un punto que puede tambalearse en esta etapa.

    Es muy importante que la mujer esté satisfecha y feliz, y esto es algo que puede conseguir la pareja, estando para lo que necesite y cumpliendo, en la medida de lo posible, sus deseos. No obstante, esto es algo que ambos debéis hacer para que la relación no se vea perjudicada: seguid cuidando el uno del otro.

    Recuerda: es posible que el sexo cambie durante el embarazo, pero no es algo perjudicial para vuestro bebé, así que seguid dedicando tiempo y esfuerzo a vuestras relaciones íntimas. Lo más importante es tener una buena comunicación para saber qué necesita cada uno, e intentar que la madre siempre se sienta cómoda, relajada y, sobre todo, que sea capaz de disfrutarlo.

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