Si ayudas con las tareas en casa, ¿tendrás menos sexo?

    Si ayudas con las tareas en casa, ¿tendrás menos sexo? © Depositphotos.com/Everett225

    Los tiempos han cambiado. Existe más igualdad de género, y tanto hombres como mujeres nos dedicamos de forma más equitativa a asuntos laborales y tareas del hogar.

    Este reparto de roles ha influido siempre en la vida de las parejas, pero el cambio que se ha producido en los últimos años puede hacer que también las relaciones sexuales se vean afectadas.

    ¿Afectan los roles de género al sexo?

    Lo primero que hay que comprender es el concepto de rol de género: es aquello que se le atribuye al sexo femenino o masculino de forma global en un contexto social; es decir, lo que la sociedad etiqueta como comportamiento típicamente del hombre o de la mujer, algo íntimamente relacionado con los estereotipos.

    Por ejemplo, los roles femeninos, tradicionalmente, se refieren más a tareas del hogar, del cuidado, de la responsabilidad de la educación de los niños, etc.; por su parte, los masculinos están más relacionados -siempre desde un contexto social y popular- con el trabajo y la estabilidad económica.

    Pero ¿es esto tan común en nuestra sociedad actual? ¿Puede influir un cambio de roles en la vida sexual de las parejas?

    Roles cambiados, menos sexo

    La revista American Sociological Review aporta un dato interesante ante esta cuestión: según un estudio publicado en la misma, las parejas donde los hombres ayudan más con las tareas del hogar tienen menos relaciones sexuales.

    El resultado es de por sí polémico, pues podría considerarse como una forma de convencer a los hombres para que no colaboren en casa, pero el debate va más allá.

    Conforme avanza la sociedad, existe mayor igualdad en muchos ámbitos que antes eran prácticamente exclusivos de uno u otro sexo.

    Hoy los roles han cambiado; las mujeres pueden acceder a puestos de trabajo y cargos que hace años eran únicamente masculinos y, por el otro lado, los hombres han tenido que hacerse cargo de labores del hogar y del cuidado de sus hijos, tareas casi exclusivas de la mujer décadas atrás.

    ¿Acaso esto interfiere en la vida sexual? Pues parece ser que sí.

    Los autores del estudio han intentado explicar este fenómeno, llegando a la conclusión de que las personas nos sentimos más atraídas hacia los roles de género tradicionales del otro sexo.

    Es decir, que la atracción será menor y, por tanto, las relaciones sexuales disminuirán, entre un hombre que ayude más en casa y una mujer con un buen puesto de trabajo, que entre una pareja más tradicional.

    Hacia la cohesión de la pareja

    No obstante, los roles no siempre son tan marcados: muchas parejas contribuyen a las tareas del hogar conjuntamente, y ambos tienen un trabajo y una estabilidad económica.

    Y la lógica nos diría que éste es el modelo que todos queremos para nosotros mismos.

    La igualdad en la pareja y la posibilidad de dedicarse cada uno a las mismas tareas es un gran aspecto a favor de la estabilidad y del bienestar de la relación.

    Sin embargo, el punto débil de esta situación es ese descenso de la frecuencia sexual.

    Es posible que la pareja entre en una dinámica de colaboración y trabajo en equipo más que tratarse de una relación íntima propiamente dicha, y por tanto la atracción y el deseo sexual disminuyen.

    Además, si ambos disponen de trabajo, la dedicación a los mismos resta tiempo y momentos juntos, lo que perjudica aún más a la vida sexual.

    La felicidad en una relación depende de muchos factores, y éstos, de cada pareja.

    Algunos atribuyen la salud de la misma a su frecuencia sexual, y otros consideran más relevante un reparto equitativo de las responsabilidades.

    Aunque ambos factores parecen chocar, lo ideal no es volver a los roles de género tradicionales de hace años, sino estar de acuerdo y ser felices en la relación.

    SI sois una pareja equilibrada, con pocas discusiones, capaces de ayudaros y os sentís felices, pero tenéis pocas relaciones sexuales, no cambiéis todo esto por aumentarlas.

    Dedicad más tiempo a este asunto, estableciendo momentos concretos. No olvidéis que sois una pareja, no unos compañeros de piso ni simplemente padres.

    Trabajad vuestra relación íntima cada día y, con el tiempo, los roles que mantenéis no influirán tanto es vuestra vida sexual.

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    ¡Compartir es vivir!

     
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