¿Cuándo una fantasía sexual se convierte en infidelidad?

    ¿Cuándo una fantasía sexual se convierte en infidelidad? © Depositphotos.com/Aarrttuurr

    Todos estaríamos de acuerdo al afirmar que alguien que mantiene una relación de pareja y se acuesta con otra persona está siendo infiel.

    Pero ¿y si el susodicho está haciendo el amor con su pareja y a la vez pensando en otra persona? No es una infidelidad carnal, pero ¿lo consideraríamos infidelidad “mental”? ¿Qué opinión te merece este asunto?

    Éste es un buen debate que te animo a iniciar interiormente.

    ¿Cuándo una fantasía sexual se convierte en infidelidad?

    Ésta no se trata de una pregunta sencilla, ni mucho menos; de hecho suscita un debate muy interesante sobre los límites del compromiso de pareja.

    Desde el punto de vista más purista, hacer el amor con la pareja al tiempo que se está pensando en otra persona sí se consideraría infidelidad. Quizás una de menor intensidad, pero infidelidad al fin y al cabo.

    No te sorprenderá saber que hay muchas personas que son infieles mentalmente.

    Principales motivos de la infidelidad mental

    Los principales motivos para ello son:

    - Miedo a poner fin a una relación -con todo lo que ello conlleva- en la que el sexo ha perdido calidad.

    - Personas que tienen o han tenido un amante y piensan en él cuando hacen el amor con su pareja oficial para así poder excitarse más.

    - Cuando se fantasean prácticas sexuales que no se podrían llevar a la práctica con la pareja por ser muy atrevidas o traspasar ciertos límites morales.

    Fantasías sexuales en pareja

    Otro asunto lo compondrían las fantasías sexuales, donde sí se incluye a la pareja. Si ella está presente, por ejemplo, en un trío imaginario, no podría considerarse infidelidad.

    Muchas fantasías en las que se incluye a la pareja son licencias que uno se concede al asumir que eso nunca se podría practicar con la pareja.

    De esta manera, el cerebro incrementa el morbo de una relación real.

    ¿Es más grave cometer una infidelidad real que una “mental”?

    Este es otro gran tema de debate.

    Para algunos, si es infidelidad ya es motivo suficiente para condenarla, sea mental o real. Para otros, las “mentales” quizás pertenezcan a una sub-clasificación de infidelidades menos graves y, por tanto, más fáciles de perdonar.

    Cada uno debe responderse desde sus reglas morales y/o religiosas.

    Ahora bien; las fantasías que cada uno tenga, como los cuernos que uno haya podido poner en el pasado, pueden generar muchos problemas de pareja si no quedan en secreto, dentro del universo mental del fantaseador.

    Si se trata de fantasías sexuales compartidas con la pareja, perfecto; si no, más vale que no las cuentes, pues pueden generar un efecto inhibidor de la relación cuando la pareja te dice “piensas en eso porque yo ya no te basto”.

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