Practicas poco sexo: ¿Y qué?

    Practicas poco sexo: ¿Y qué? © Depositphotos.com/Monkey Business

    “Creo que tenemos menos sexo que la media”. Esta frase, pronunciada de una u otra forma, se escucha muy a menudo en consulta.

    Vivimos en una sociedad donde tener sexo a menudo es señal de éxito social y de autoestima personal, como cuando uno gana un cuantioso sueldo o tiene un buen coche: queremos mucho sueldo y muchos coches, por lo que no es de extrañar que también queramos mucho sexo.

    Practicas poco sexo: ¿Y qué?

    Además, nos comparamos con todo y para todo: no vendría nada mal un libro que llevase por título “El arte de compararse en la vida”.

    Como puedes imaginar, compararse conlleva encontrar problemas donde realmente no los hay.

    Por ejemplo, existen muchas parejas que tienen sexo una vez al mes y están satisfechas.

    A efectos prácticos, el lapso de tiempo que transcurre entre una relación sexual y otra es absolutamente indiferente y no supone ningún problema per se, siempre que el ritmo sea similar para ambos (es decir, siempre que uno de los amantes no sufra por frustración sexual).

    Ten en cuenta que toda pareja requiere de cierta sincronía en sus ritmos sexuales para que sus miembros congenien entre ellos.

    Desterremos definitivamente el mito  de “para que una vida sexual sea placentera el sexo ha de ser frecuente”. 

    ¿Más o mejor sexo?

    Frecuencia y calidad no tienen nada que ver. Una pareja que practica una vez al mes puede estar más satisfecha sexualmente que una que lo hace semanalmente.

    Porque en el sexo, como en muchas otras facetas de la vida, lo que importa es la calidad.

    Como reza el libro de Silvia de Béjar “Tu sexo es tuyo”: mientras os sintáis satisfechos, que le den a las estadísticas.

    Déjalas correr y centraos el uno en el otro. Y es que, pese a ser muy útiles, las encuestas y los cuestionarios tienen la capacidad de favorecer las comparaciones internas con aquello que creemos “normal”.

    De esta manera, si mi sexualidad se aleja de lo considerado “normal”, el complejo puede estar servido.

    Como siempre digo: menos mente y más instinto; ése es el secreto del sexo espontáneo y placentero.

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