¡Cásate contigo mismo!
¿Realmente necesitas amar a otra persona para ser feliz o eso es sólo lo que te han contado?
Claro que es maravilloso enamorase, es maravilloso compartir la vida con otras personas que te aman y se preocupan por ti, es maravilloso llegar a casa y tener la cena preparada, pero… ¿te garantiza eso la felicidad?
¿No será que estamos acostumbrados a buscar fuera lo que nos convendría buscar dentro?
¿Por qué no pruebas a entregarte a ti mismo, a desarrollar todo tu potencial, a centrarte en lo que de verdad te importa y darte el valor que realmente tienes?
¿Por qué no te prometes ser fiel a ti mismo, a tus principios, a tus valores, a tu manera de entender la vida más allá de si la compartes o no con otra persona?
¿No sería bueno ocuparte de ti mismo, en la salud y en la enfermedad? ¿Aprender a liderar tu propia vida? ¿A negociar contigo mismo en los momentos en que tienes que tomar decisiones?
Los días de soledad
En los días que estás más agobiado, desmotivado e insatisfecho es en los que más notas esa soledad, esa falta de apoyo y, ¿por qué no decirlo?, esos mimitos que todos necesitamos.
Es entonces cuando te vienen a la cabeza esas falsas creencias de que necesitas enamorarte, porque se supone que eso te haría ver el mundo de otra manera y enfrentarte a las dificultades desde otra perspectiva.
Si tuvieras pareja esas cosas no te pasarían, ¿verdad?
Soltera o casada, a cualquier persona le vendría muy bien saber cómo gestionar sus propias emociones, cómo rodearse de aquellas personas que le aporten cariño sincero y cómo afrontar los sinsabores que, de vez en cuando, la vida nos trae.
Y todo ello de forma autónoma y segura.
Disfruta tu soledad y quiérete mucho
Piénsalo dos veces: ¿Tu felicidad depende de otra persona? ¿Necesitas tener pareja para sentirte querido, valorado, acompañado?
Aunque pueda parecer paradójico, no hay mejor manera de conseguir que alguien quiera estar contigo que demostrando que no tienes la necesidad de estar con nadie.
Puede que a la vuelta de la esquina te espere tu alma gemela, tu mejor compañía para el resto de tu vida…
Pero hasta que llegues a esa esquina, o hasta que encuentres esa calle, ¡cásate contigo mismo!
Comprométete a amarte y respetarte todos los días de tu vida, y así descubrirás que se puede ser soltero y feliz.