¿Qué relación hay entre los triglicéridos y el colesterol?
Los triglicéridos (TGD) son las reservas de energía de nuestro cuerpo, así como sus grasas más importantes.
El colesterol es una sustancia natural que nuestro cuerpo necesita para múltiples procesos fundamentales, como la síntesis de los ácidos biliares que facilitan la digestión y absorción de las grasas de la dieta, la producción de hormonas, la producción de vitamina D y de hormonas sexuales como la progesterona, estrógenos y testosterona, etc.
El colesterol es un componente estructural de las membranas celulares y regula la entrada y salida de sustancias que atraviesan la célula.
Por tanto, está presente en todo animal vivo y es esencial para la vida.
¿Qué tienen en común el colesterol y los triglicéridos?
Los dos pueden ser fabricados por nuestro organismo, más concretamente por el hígado.
El hígado es capaz de transformar el exceso de calorías (grasas, hidratos de carbono, alcohol...) en triglicéridos.
Los dos pueden ser ingeridos a través de la dieta, sobre todo mediante los productos de origen animal como la carne o los mariscos.
Aunque el colesterol sí existe en muchos alimentos, los triglicéridos son fabricados por nuestro organismo del exceso de grasa sobrante.
No vamos a encontrar los triglicéridos como tales en los alimentos, sino que nuestro organismo los crea a partir del almacenamiento extra de energía derivado del consumo en exceso de azúcares (dulces, miel, mermelada, refrescos azucarados, azúcar de mesa, etc...), cereales o harinas refinadas (galletas, pan, cereales comerciales, arroz, pasta).
Tanto los TGD como el colesterol pueden dar problemas si sus niveles están altos, provocando las hiperlipidemias; más concretamente, el colesterol provoca la hipercolesterolemia y los triglicéridos la hipertrigliceridemia, de los que te hablaré en el próximo artículo.
Ambos, al ser lípidos, no son solubles en la sangre y no pueden circular libres por el torrente sanguíneo.
Por eso se unen a unas proteínas, formando las lipoproteínas en el hígado, pasando luego a la circulación y yendo a los diferentes tejidos para ser utilizados o guardados para un uso futuro.
Tipos de lipoproteínas
Existen distintos tipos de lipoproteínas. Las más importantes son los quilomicrones, las partículas VLDL, LDL y HDL.
- Los quilomicrones transportan los lípidos obtenidos en la dieta hacia el hígado. Los triglicéridos pueden representar hasta un 98% de su totalidad. Son las precursoras de las VLDL.
- Las partículas VLDL (lipoproteínas de muy baja densidad) transportan sobre todo triglicéridos desde el hígado al tejido adiposo y al músculo.
Tiene un alto contenido de triglicéridos (más de la mitad del peso de la molécula).
- Las partículas LDL (lipoproteínas de baja densidad) transportan sobre todo colesterol a las células, es decir, facilitan la incorporación del colesterol al cuerpo, por eso es llamado “colesterol malo”.
- En contraste, las partículas HDL (lipoproteínas de alta densidad) transportan sobre todo colesterol al hígado, donde pasan a formar parte de las sales biliares.
Luego la bilis pasa al intestino, donde cumple la función de emulsionar las grasas.
Por tanto, estas lipoproteínas ayudan a eliminar colesterol del sistema, evitando así la acumulación de grasa y la formación de ateromas. Se conoce como “colesterol bueno”.
Son las que más colesterol transportan.
Por tanto, el colesterol y los triglicéridos son dos sustancias distintas, pero ambas son un tipo de lípidos y tienen muchas cosas en común.
Para mantenerlas a raya hay que llevar una vida saludable y comer variado y equilibrado.
A través de El Portal del Hombre puedes saber cómo controlarlas gracias a los consejos que encontraras en el artículo “Mantén a raya el colesterol”.