Mitos y realidades sobre la carne roja

    Mitos y realidades sobre la carne roja © Depositphotos.com/Isantilli

    La carne roja es uno de los alimentos sobre el que más escritos desinformados existen. De hecho, se ha ganado sin razón un mal prestigio.

    A la carne roja se le atribuyen múltiples estereotipos negativos que no son ciertos.

    Mitos y realidades sobre la carne roja

    Si eres un amante de la carne estás de enhorabuena, pues a continuación te desvelaré varios mitos equivocados sobre este alimento:

    Mito

    La carne roja es perjudicial para el corazón, por lo que no debe incluirse en las dietas saludables para él.

    Realidad

    Esto depende del tipo de carne que elijas. Está demostrado que la carne roja magra sin grasa visible no aumenta el colesterol total ni los niveles del colesterol LDL (También conocido como “colesterol malo”).

    La carne roja magra es baja en grasas saturadas y se puede incluir en las dietas saludables para el corazón y de reducción del colesterol. Eso sí, es recomendable que evites las carnes fritas y con grasa visible.

    También está demostrado que la carne roja contribuye a la disminución de la presión arterial. Contiene ciertos aminoácidos como la taurina y la arginina que pueden contribuir a su descenso.

    Mito

    La carne roja sólo contiene grasas saturadas.

    Realidad

     La carne roja no sólo proporciona grasas saturadas, sino también monoinsaturadas y poliinsaturadas.

    De hecho, el análisis sobre la grasa recortada de la carne roja que es alimentada con pasto ha demostrado tener un nivel muy elevado de ácidos grasos monoinsaturados en comparación con los saturados.

    Mito

    Las personas que intentan perder peso deben evitar la carne roja.

    Realidad

    Está demostrado que una dieta rica en proteínas como las de la carne roja magra es una opción válida para las personas que intentan perder peso.

    Con eso no estoy aludiendo a las dietas proteinadas; siempre se deben consumir las proteínas junto con una fuente moderada de carbohidratos.

    Mito

    Hay que eliminar la carne roja de la dieta para evitar el cáncer.

    Realidad

    El estudio del World Cancer Research Fund (2007) sobre el papel de la dieta y el estilo de vida en la prevención del cáncer informó que los principales factores asociados con un mayor riesgo de padecer cáncer son la obesidad, la falta de actividad física, el tabaquismo y el alcohol.

    En el estudio se ha encontrado que el consumo de carne roja está débilmente asociado con el riesgo de desarrollar cáncer de colon, al tiempo que recomienda consumir no más de tres o cuatro porciones de carnes magras semanales.

    La recomendación oficial es no consumir más de 500 gramos de carne roja (ternera, buey, caballo) a la semana y asegurarse de que la carne es magra, con la menor cantidad de grasa posible.

    Este informe recomienda, además, que las carnes rojas procesadas (como el jamón, tocino, salami o frankfurt) se tomen sólo ocasionalmente en pequeñas cantidades.

    Mito

    La carne roja causa la gota.

    Realidad

    La gota es en realidad una forma de artritis, causada por una acumulación de cristales de ácido úrico. Se caracteriza por dolor e inflamación en las articulaciones y, en general se trata mediante la pérdida de peso y la medicación.

    A los pacientes se les recomienda a veces reducir el consumo de alimentos ricos en purinas (carnes de órganos, vísceras, mariscos, anchoas y sardinas), pues una alta ingesta de purinas puede aumentar los niveles de ácido úrico.

    Como has podido leer, la carne roja en realidad puede ser muy saludable si se elige y se prepara adecuadamente.

    Además contiene un alto contenido en vitaminas como la B12 y la B6, que contribuyen a mantener un sistema nervioso sano.

    Es, por ello, muy importante incluirla en cualquier dieta equilibrada.

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