La gota

    La gota © Depositphotos.com/Alila

    En este artículo voy hablarte de la enfermedad llamada gota, que es una de las más antiguas en la historia médica registrada.

    La gota (como ya te he comentado en el artículo del ácido úrico) se caracteriza por un aumento de la concentración del ácido úrico en la sangre porque el organismo no es capaz de eliminar sus residuos por la orina (mediante la filtración en los riñones).

    La gota: niveles elevados de ácido úrico en la sangre

    Este aumento de la concentración de ácido úrico en la sangre, a largo plazo, hace que se formen los tofos gotáceos, que son acumulaciones de ácido úrico en forma de cristales alrededor de ciertas articulaciones de las extremidades, provocando dolor y una intensa reacción inflamatoria formada por macrófagos, células gigantes de cuerpo extraño y linfocitos.

    Las crisis de gota son, por tanto, una precipitación de ácido úrico en forma de cristal en una o más articulaciones. Si mantienes esta afección de las articulaciones durante mucho tiempo puede acabar produciéndote una artritis crónica.

    Qué hacer ante el dolor que causa la gota

    El dolor con frecuencia comienza durante la noche y generalmente se describe como palpitante, opresivo o intenso. El que provocan los cristales se asemeja al de una quemadura, es decir, la articulación se enrojece con signos de calor y mayor sensibilidad.

    Se aconseja que, cuando se sufra el dolor, se utilicen compresas frías sobre las articulaciones doloridas y se evite el peso de la ropa de la cama, colocando una varilla que eleve las sábanas para que no las rocen.

    Habitualmente la articulación más afectada suele ser el dedo gordo del pie o podagra (articulación metatarsofalángica).

    Cuando a una persona le diagnostican gota es frecuente escuchar el comentario: “Tienes la enfermedad de Felipe II”.  Este rey prácticamente sólo comía carne; además era un buen cazador, por lo que muchas de las piezas que abatía pasaban a formar parte de su mesa. También se le daba bien la pesca, aunque el pescado no era de su agrado.

    Antiguamente, la gota también se conocía como la enfermedad de los reyes (otros famosos ya la padecieron: Alejandro Magno, Carlomagno, Enrique VIII y Benjamin Franklin), pues era la clase alta la que comía más carne que el resto de personas.

    Hoy en día cualquier persona puede padecerla.

    En el siguiente artículo te hablaré de sus posibles causas.

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    Colaborador-nutricion-Xavi

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