Tu alma gemela, ¿existe?
Este concepto se basa en la idea de una vinculación perfecta.
El mismo nombre lo explica: se busca un alma gemela, una persona que sea totalmente idéntica a uno en lo más personal, en lo más íntimo, que sepa entender al otro en todo momento, y piense, sienta y se comporte tal como desearíamos que lo hiciese.
Esta creencia tan fija e inamovible, sin la mínima opción de desajuste, puede convertirse en una pesada carga, no solo en la búsqueda de pareja, sino en el mantenimiento de una buena relación.
Esta creencia puede destruir la relación
Los psicólogos Norbert Schwarz y Spike W. S. Lee, de la Universidad de Toronto, han llegado a esta conclusión tras un estudio realizado a más de 70 personas que estaban en una relación de más de seis meses.
Este grupo fue dividido en dos, según su idea sobre la pareja: los que la definían como su “otra mitad” y que estaban “hechos el uno para el otro” fueron el grupo denominado “unidad”; mientras que los que definían a su pareja como alguien “independiente” y concebían la relación como un recorrido, no siempre perfecto, en el que agradecían lo lejos que habían llegado, fueron el grupo denominado “viaje”.
Los resultados del estudio demostraron que las personas del segundo grupo no solo estaban más satisfechas con su relación, con su pareja y con su concepto de amor, sino que las personas del primer grupo eran menos felices, especialmente cuando habían tenido un conflicto con su pareja.
Pensar que la relación debe ser siempre de color de rosa y que la pareja debe ser una unidad perfecta e inseparable se convierte en una creencia irracional y totalmente perjudicial para la relación.
Esta idea no hace más que minar la satisfacción de la persona cuando se produce un problema en la pareja, haciéndole pensar que el otro no está hecho para él y que la relación debe terminar.
El mito de la perfección
El concepto de alma gemela, por tanto, no es más que un mito, una creencia irracional sobre el amor y la pareja, una falsa idea de cómo debe ser la otra persona y cómo debe ser la relación para que sea perfecta.
Se basa en la creencia de que, en el amor, no puede existir ningún problema ni conflicto, que la relación siempre debe ser altamente positiva, ya que la otra persona siempre debe entenderme, estar de mi parte y darlo todo por mí, porque estamos hechos el uno para el otro.
Pero, obviamente, no es así. Los conflictos aparecen en todas las relaciones de pareja, son inevitables en una dinámica de convivencia y de intimidad entre dos personas.
Sin embargo, la existencia de discusiones no es el verdadero problema, sino la manera en que se entienden, se afrontan, se aceptan y se superan.
El que cree que su pareja es su alma gemela, su otra mitad, y que la relación es una unidad, lo pasa peor cuando aparece un conflicto, ya que la misma aparición del conflicto hace tambalear toda su creencia sobre el amor y sobre la relación ideal y perfecta.
Ese problema le hace creer que la otra persona, en realidad, podría no ser su media naranja y que, quizá, no deberían estar juntos.
El que cree que su pareja es un ser individual y que la relación es un viaje de dos personas no entiende los problemas de la misma manera.
Al no tener tan mitificado el amor, comprende que los conflictos pueden aparecer, y que no por ello se debe terminar la relación, sino que se pueden afrontar y superar.
La importancia de aprender de los conflictos de pareja
Es más, entiende el conflicto como algo positivo, ya que hace que la pareja necesite y busque mejorar, entendiendo que, al tener una discusión y permanecer juntos, podrán superar las que se produzcan posteriormente.
Recuerda: aunque tu pareja se parezca mucho a ti, eso no quiere decir que seáis la misma persona.
Cada uno, por separado, tenéis vuestros deseos, inquietudes, ideas y formas de ver la vida que pueden ser distintas, y no por ello la relación es peor, sino todo lo contrario.
Esto puede hacer que choquéis en ciertos momentos y se produzcan conflictos en la pareja, pero es que eso es lo normal, e incluso positivo.
No todo es de color de rosa, ni la relación va a ser siempre maravillosa y perfecta; esa idea puede arruinar por completo vuestra pareja.
La relación es un viaje, un recorrido de dos personas, que tendrá buenos y malos momentos; lo realmente importante es saber disfrutar de los primeros, y aprender juntos de los segundos.