¿Tener o no tener hijos?
Antes que nada, hay que diferenciar muy bien entre las parejas que no tienen hijos por voluntad propia y aquellas que no pueden tenerlos por problemas, por ejemplo, de fertilidad.
Este artículo toma como ejemplo a las parejas que tienen la posibilidad de procrear, pero no tanto el deseo de hacerlo.
Menos dinero, menos hijos
Según el Instituto Nacional de Estadística, entre 2001 y 2011 el número de parejas sin hijos en España ha aumentado un 45%, alcanzando los cuatro millones.
Es más, las familias numerosas han disminuido un 33%, contando apenas con medio millón de hogares con tres o más hijos. Una cifra reveladora.
Muchas personas atribuyen esta disminución de niños en las casas a la crisis económica.
En Estados Unidos se ha calculado que el gasto de un hijo al año, desde que nace hasta los 18 años, oscila entre los 10.000€ y los 100.000€, teniendo en cuenta los seguros de salud, la alimentación, la ropa, el colegio, etc., y siempre según los ingresos de la familia.
La economía es, sin duda, un factor importante en este aspecto.
Desgraciadamente, la crisis que azota al mundo repercute también en esta decisión, y muchas parejas directamente no se pueden permitir tener hijos por no poder “pagarlos”.
Ésta es la cruda realidad de millones de parejas.
"Sin hijos por elección"
No obstante, para otras personas no es sólo cuestión de dinero. Existen muchas organizaciones alrededor del mundo que defienden la postura de no tener hijos.
Movimientos como “Sin hijos por elección” o la “Organización Nacional para No-Padres” promueven ideas como que tener hijos se ha convertido en una realidad social más que en un deseo propio, y muchas veces se hace por razones equivocadas.
Estas organizaciones destacan el peligro de la superpoblación mundial y la carencia de recursos, y aseguran que la procreación supone un sacrificio al bienestar personal.
Se han criticado mucho estas posturas, definiéndolas como egoístas, y desde el feminismo y la religión se argumenta que la decisión de tener hijos siempre debe ser respetada y sólo supone aspectos positivos.
El debate está abierto.
Parejas sin hijos, ¿parejas más felices?
Muchas investigaciones han asegurado que las parejas sin hijos son más felices que las que se convierten en padres.
Sin embargo, un último estudio realizado por la Universidad de Princeton y la de Stony Brook remite muy pocas diferencias entre ambos grupos, una vez eliminados otros factores influyentes como la salud, la educación o la religión.
Tener o no tener hijos no nos hace más o menos felices, pues se trata de una opción, una elección que hacemos: una cosa no es mejor que la otra.
Eso sí, el estudio revela que las personas con hijos sufren más altibajos que los que no tienen.
Los picos de felicidad son más altos, debido seguramente a que la experiencia de tener hijos y observar su desarrollo durante años es una de las cosas más satisfactorias de la vida; pero el estrés por su cuidado y la preocupación que conlleva hacen que el estado de ánimo se asimile a una montaña rusa.
Quizá ésta sea otra causa de la disminución de parejas con hijos: rechazar esa gran responsabilidad por miedo a sufrir posibles problemas futuros.
Cuidar a la pareja, una necesidad con o sin hijos
Pero la felicidad también afecta a la relación de pareja. Las personas sin hijos dedican más tiempo a trabajar la relación y son más felices en ella, según otro estudio de la Open University.
Sin embargo, las madres afirmaban sentirse más felices que el otro grupo, asegurando que los hijos son la razón fundamental de su felicidad.
Es posible que tenerlos nos haga felices, pero no significa que no tenerlos nos haga muchísimo más o, por lo contrario, nos convierta en infelices.
Hay muchos más aspectos a tener en cuenta. Y la pareja es uno de ellos.
Ésta debe cuidarse constantemente y hay que trabajar por mejorarla. Y cuando aparezcan decisiones importantes que tomar, tales como ésta, es importante afrontarlas juntos.
Al fin y al cabo, depende únicamente de vosotros; sois los responsables de la elección.
Siempre hay que tener en cuenta todos los factores, tanto positivos como negativos, a corto y a largo plazo, y tomar una decisión conforme a ello.
Y vosotros, ¿estáis pensando en tener un hijo?