Encontrar la pareja adecuada
Si estás soltero y te has marcado cómo propósito para este año dejar de estarlo, quizás te convendría responder a todas las preguntas anteriores.
Si eres de los que respondería “no lo sé”, entonces te invito a seguir leyendo.
Son muchas las personas que desearían compartir su vida con alguien. Ya no les apetece tanto lo de tener simplemente un ligue, o muchos; buscan realmente una relación estable.
Sin embargo, es curioso que, cuando les preguntas, muchos no saben decir qué es lo que quieren realmente, y claro, es muy difícil encontrar algo cuando no se sabe lo que se está buscando.
Hay quien dice que todos tenemos un prototipo de hombre o mujer ideal, con una serie de rasgos o características determinados.
En este caso te invito a que definas ese perfil, aunque cambiando el adjetivo ideal por adecuado, porque de esta manera dejará de ser algo ficticio para nuestra mente y se convertirá en algo tangible y posible.
Te propongo algo tan simple como que construyas tu propio objetivo en el amor.
Consiste en que definas de la forma más concreta posible cómo tendría que ser la persona que fuera una pareja adecuada para ti.
En el mundo existen millones de personas; cuanto más claro y definido tengas lo que buscas, más se reducen las posibilidades.
Concreta los objetivos que tienes respecto a tu pareja ideal
Así que coge papel y lápiz y pongámonos en acción.
Es importante que lo dejes por escrito: nuestro cerebro se entera mucho mejor si lo lee en un papel, y además tú podrás repasarlo cuando lo creas conveniente.
Aspecto físico
Desde mi punto de vista no convendría que fuera el punto más importante, pues al final lo que priman son otros aspectos.
Pero es cierto que el envoltorio también influye y es por eso que puedes empezar por describir las características físicas que más te gustaría que tuviera tu pareja.
Personalidad
Éstos son los rasgos que más cuesta aceptar en los demás. Suelen ser cualidades bastante estables que van a determinar el modo de pensar y de actuar de una persona.
Es probable que aquí te surjan ejemplos de experiencias pasadas; si ya sabes qué no quieres, dale la vuelta y apúntalo en positivo.
Por ejemplo: no quieres que sea una persona de las que va por ahí llamando la atención; pues entonces escribe “que sea discreta”.
Imprescindible
Cada uno tenemos nuestras prioridades en la vida y seguro que hay algunas cosas que consideras más importantes que otras.
No se trata de ser muy exigente, sino de determinar aquello que puede ser determinante para ti en una pareja.
Por ejemplo: es imprescindible que sepa expresar sus sentimientos, que sea activa sexualmente o que quiera tener hijos.
Piensa en esas cosas que para ti serían necesarias y apúntalas.
Intolerables
Partiendo de que nadie es perfecto, anota lo que no estás dispuesto a aceptar. Ahora es cuando conviene analizar rápidamente las causas de nuestras anteriores rupturas.
Es probable que nos hayan enseñado a no tolerar las mentiras, las faltas de respeto, la falta de comunicación, la falta de confianza, etc.
Este tipo de puntos tienen que ver con nuestra escala de valores, lo cual me lleva al siguiente punto.
Afinidades
Piensa en rasgos que te gustaría tener en común con tu pareja. Te convendría empezar por compartir creencias, principios y todo lo que tiene que ver con lo que yo llamo “la forma de estar en el mundo”.
Y, por supuesto, también es conveniente compartir aficiones, inquietudes, etc.
Eso de que “los polos opuestos se atraen” está muy bien, pero si buscas algo duradero es preferible que te muevas por afinidades.
Si has puesto por escrito todos estos puntos ya tendrás una idea bastante más clara de lo que te gustaría encontrar.
Ahora nos falta el dónde, el cómo, el por qué y el para qué.
Si te apetece seguir preguntándote y auto-descubriéndote, te animo a leer mi siguiente artículo, "Encontrar la pareja adecuada II: dónde, cómo y para qué", en el que responderemos a estas cuestiones.
Hasta entonces te dejo con esta frase:
“Tu tarea no es buscar el amor, sino buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti que has construido contra él”
Rumi.