Miedo, ¿A qué?
Miedos "de primer nivel"
Los miedos que se catalogan como “de primer nivel” se pueden dividir en dos tipos:
1.- Miedo a acontecimientos que “suceden”, categoría en la que se incluyen envejecer, jubilarse, la muerte, una enfermedad, un accidente, una violación, la emancipación de los hijos, etc.
2.- Miedo que surge de la idea de “hacer algo”. Por ejemplo: cambiar de trabajo, volver a estudiar, una entrevista de trabajo, cometer un error, comenzar o finalizar una relación, hablar en público, etc.
Estos tipos de miedos son los más comunes y, sobre todo, los más fácilmente reconocibles por las personas, pues tienen que ver con situaciones que solemos vivir.
Miedos "de segundo nivel"
Los miedos “de segundo nivel” van un paso más allá y calan un poco más hondo. Esto es así porque se relacionan con la integridad del yo, con estados interiores de la mente, y son más difíciles de identificar por uno mismo.
En este nivel se incluyen los miedos al rechazo, al éxito, al fracaso; también a la impotencia, a la vulnerabilidad, a sentirse engañado, a la desaprobación, etc.
Cualquiera de estos temores puede afectar a muchas facetas de tu vida.
Por ejemplo, el miedo a la desaprobación repercutirá en tu relación de pareja, en la relación con tus padres o hijos, e incluso con tus jefes o compañeros de trabajo.
Lo mismo ocurre con cualquiera de los miedos que se incluya en este segundo nivel.
Miedos "de tercer nivel"
Por último está el miedo “de tercer nivel”.
Quizás te sorprenda que sólo sea uno, pero se trata del mayor de los miedos del ser humano, el que logra inmovilizar a cualquiera.
¿Sabes de cuál se trata? Pues nada más y nada menos que del miedo “a no poder afrontarlo”.
Si lo piensas un poco, te darás cuenta de que bajo tus miedos subyace esta creencia: “si pasara, no podría superarlo”.
Para comprobarlo puedes poner estas palabras delante de cualquiera de los miedos anteriores: verás como en todos los casos se ajusta (miedo a no poder afrontar una enfermedad, miedo a no poder afrontar la muerte de un ser querido, miedo a no poder afrontar el rechazo de alguien, miedo a no poder afrontar que se acabe una relación, etc).
Si estuvieras completamente seguro de que puedes afrontar cualquier cosa que te pase en la vida, ¿a qué tendrías miedo? A nada.
Y para estar seguro de que estás capacitado y preparado para superar cualquier obstáculo que se presente en tu camino, sólo necesitas confiar en ti mismo.
Aumenta tu confianza y disminuirá tu miedo
La próxima vez que tengas miedo, recuerda que su causa reside en que no te sientes bien contigo mismo.
Lo único que tienes que hacer para disminuir tu miedo es aumentar tu confianza en tu capacidad para afrontar todo lo que la vida te depare.
Hay algunos miedos que son necesarios para nuestra supervivencia, por lo que los mantenemos de forma biológica.
El resto, sin embargo, se encargan de que no avancemos, paralizando nuestro crecimiento personal y creándonos limitaciones.
Los remedios que hacen desaparecer esos miedos son la confianza en tu capacidad de superación, una mayor autoestima y la alimentación de la creencia de que, pase lo que pase, ¡puedes afrontar cualquier situación!