Agujetas: prevenirlas y combatirlas es posible

    Agujetas: prevenirlas y combatirlas es posible © Depositphotos.com/

    Por las complicaciones del día a día cada vez resulta más complicado realizar ejercicio con regularidad.

    Si a eso le sumamos que cada vez es más difícil elegir el momento de la semana para salir a hacer ejercicio, puesto que "suele ser el momento el que nos elige a nosotros", y que, cuando finalmente lo hacemos, es tal el dolor muscular que tenemos los días siguientes al entrenamiento que bien podría parecer que nos ha pasado por encima un tráiler de doble caja y 16 ruedas…

    Al final, no nos decidimos nunca a romper con la racha sedentaria.

    Agujetas: prevenirlas y combatirlas es posible

    ¿Qué es ese dolor que nos postra durante varios días en la cama como si de un maleficio de vudú se tratara? Agujetas (o dolor muscular de aparición tardía "dmat"): todos las hemos padecido en algún momento de nuestra vida, y si no... tiempo al tiempo.

    Lo primero que cabe decir es que las agujetas son dolores musculares post-fatiga por haber sometido ciertas regiones a esfuerzo.

    Se ha demostrado que aquellas actividades con fase excéntrica son las que más daño muscular provocan, motivado por las altas tensiones a las que se somete al músculo (por ejemplo, aquellas que introduzcan saltos pliométricos, correr cuesta abajo, etc.).

    Por esta razón, las actividades como la bicicleta, la natación o las máquinas elípticas suelen ser las idóneas para aquellas personas que se inician en el ejercicio.

    El pico de intensidad máxima de las agujetas se da entre las 24 y 48 horas siguientes a la práctica física.

    Para tratar darle explicación a este fenómeno conoceremos las teorías más generalizadas de su procedencia, y, aunque hay otras, destacaremos las dos más populares.

    Procedencia de las agujetas:

    - Aunque hay disparidad de opiniones, la teoría más aceptada es la de la micro-rotura de fibras musculares más débiles del músculo entrenado.

    Ésta postula que debido a esa micro-rotura de fibras se genera inflamación y a su vez dolor por el daño producido.

    - Teoría metabólica de la cristalización del ácido láctico: esta teoría, que ya está obsoleta por los nuevos descubrimientos en investigación, concluía que las agujetas eran producidas por la cristalización de ácido láctico en los músculos.

    De ahí la falsa creencia de que se sienten como agujas clavándose en el músculo.

    ¿Qué hacer para prevenir las agujetas?

    La mejor manera de prevenir las agujetas es realizar un correcto ajuste de las cargas en los entrenamientos, utilizando progresiones de ejercicios que eviten cambios extremos en los volúmenes e intensidades.

    ¿Cómo combatir las agujetas?

    La controversia aquí también es importante en función de la fuente que leamos. Las recomendaciones son rehidratarse correctamente durante y después del ejercicio y estirar después de la actividad física

    . El uso de la electro-estimulación también puede ayudar a favorecer el flujo sanguíneo y, por tanto, al aporte de nutrientes que ayuden a la recuperación.

    Otra alternativa (de la que no se debe hacer un mal uso) es la toma de algún analgésico anti-inflamatorio, pues puede mitigar el dolor, al igual que el frío puede hacer que retrasemos nuestro umbral del dolor. Un masaje suave en la zona afectada puede relajar el tejido muscular, favoreciendo así el drenaje.

    Para los días posteriores, la práctica de actividad física ligera y regenerativa (y por tanto de bajo impacto) que mejore el riego sanguíneo unida a una alimentación sana y a un descanso correcto puede beneficiar que volvamos con mayor celeridad a nuestro estado habitual.

    Ahora tú decides si ser atropellado por las agujetas, o ser tú quien las atropelle a ellas.

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    Jorge de Libano

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