¿Cómo te ayudará la natación?
Para empezar, te diré que cualquier ejercicio realizado en el medio acuático tiene unas particularidades que no se dan en nuestro medio habitual.
Cuando intentamos aprender a nadar, muchos de nosotros nos hundimos inevitablemente en la piscina, y es que el cuerpo humano tiene un diseño evolutivo adaptado a desplazarse por tierra y no por agua.
El reputado científico y entrenador James Counsilman (1921-2004) escribió en su ópera prima que el cuerpo humano está compuesto “por un 65% de agua, y sin embargo, cuando se introduce en el medio acuático, se encuentra en un elemento extraño para el que está limitadamente diseñado y donde la locomoción es poco eficiente".
Y razón no le falta: a gran parte de la población le cuesta horrores acabar una sesión de nado. Cuando lo intentamos solemos notar que realizamos un esfuerzo desproporcionado, agotador y con poca sensación de avance.
Nuestra relación con el medio acuático
Para ser más gráfico, si comparamos el nivel de eficiencia mecánica (trabajo/energía gastada) del nado con el de la carrera a pie, en el primero encontraremos valores entre un 0,5% y 7%, y en la carrera hasta un 70%.
Esto se ve, en parte, afectado por nuestro diseño poco hidrodinámico, en parte por nuestra poca superficie propulsiva y en parte por nuestra flotabilidad.
Sin embargo, hay algunos factores que pueden ser alterados y que debemos tener presentes, como la técnica, la osmolaridad del agua (a más solutos, más densa, por eso en el mar nuestra flotabilidad es mayor), su temperatura (a más temperatura, menor densidad), y, por último, la viscosidad del elemento.
La densidad de nuestro cuerpo también afectará: los tejidos óseos serán los más pesados, seguido de los musculares, los tendinosos, los ligamentosos y, por último, el tejido adiposo, que es menos denso que el agua (por esta razón las personas con mucha grasa tienen una flotabilidad mayor, aunque deberíamos ver dónde está localizada y por qué esto influye en el nado).
No obstante, estos elementos variarán su densidad en función del género, la edad, la raza y el estado fisiológico de cada uno.
Ventajas de la actividad física en el agua
A pesar de todo, el agua puede convertirse en nuestra mejor aliada. Éstas son algunas de las ventajas que ofrece:
- La hipogravidez hidrostática que se produce en el agua nos permite hacer descender las cargas que soporta nuestra musculatura, pues no nos es necesaria la acción antigravitatoria de éstos para mantener la postura.
Tampoco se hace obligada la acción excéntrica de los músculos para absorber los impactos que se producen, por ejemplo, en la carrera (ciclo de estiramiento-acortamiento), pues en este fluido los impactos son nulos o se ven reducidos a la mínima expresión.
- Las articulaciones también se ven beneficiadas, liberando presión principalmente sobre nuestra columna vertebral, caderas, rodillas y tobillos.
- Por otro lado, el agua combate la mala circulación de la sangre al mejorar el flujo sanguíneo.
Y es que, al realizar movimientos en posición horizontal y debido a la contracción y la presión hidrostática, se genera un "masaje" que facilita el retorno venoso y el llenado del corazón.
Por este motivo, nadar previene la formación de varices. Un ejercicio ejecutado en el agua tiene una decena de pulsaciones menos que otro de igual intensidad fuera del agua.
Progresión en los ejercicios acuáticos para no desesperar
Afortunadamente hay muchos ejercicios que podemos hacer en el agua, en función de nuestro estado de salud, condición física y de la experiencia que tengamos con ella.
Las etapas que debemos superar para convertirnos en un doble de Michael Phelps son:
- Un primer acercamiento de exploración con ejercicios de familiarización y percepción.
- Una segunda etapa con ejercicios de acondicionamiento de flotación, respiración y equilibrios.
- Por último, una tercera con desplazamientos, lanzamientos y giros.
Para ello emplearemos ejercicios de control postural con diferentes profundidades de agua.
Podemos hacer trabajos individuales, en pareja o en grupo, así como ejercicios estáticos segmentarios de piernas y/o brazos, inter-segmentarios, desplazamientos verticales como caminar, desplazamientos horizontales, diferentes estilos de nado, combinación de técnicas, cambios de ritmo, distintas intensidades, largos, recuperaciones, diferentes materiales auxiliares de flotación y de ayuda a la propulsión, lastres... las combinaciones son infinitas.
Así que déjate asesorar por los profesionales de la actividad física para que te prescribamos una tabla personalizada con los ejercicios que debes ejecutar para mantener y mejorar tu estado de forma y... ¡Tírate a la piscina!
Bibliografía:
- de Lanuza F., Torres A. (2006)1060 ejercicios y juegos de natación. Paidotribo. Barcelona
-Izquierdo M. (2008)Biomecánica y bases neuromusculares de la actividad física y el deporte. Biomecánica de la natación. Panamericana