Un nuevo modelo educativo es posible (y necesario)

    Un nuevo modelo educativo es posible (y necesario) © Depositphotos.com/Luislouro

    Desde hace un tiempo vengo ejerciendo de observador sobre la cuestión educativa, para lo que leo muchos artículos que hablan sobre los problemas de la educación. Está claro que el fracaso de la educación es un tema de actualidad al que los expertos dedican mucho tiempo, lamentablemente con poca atención por parte de los poderes públicos o al menos no con la atención que nos gustaría a muchos.

    Creo firmemente que las familias tenemos que participar activamente en el debate educativo y por eso, como padre y como ciudadano interesado en la educación, me voy a permitir dar mi opinión a través de este artículo.

    Un nuevo modelo educativo es posible

    Nuestro sistema educativo no funciona: no hay más que echar un ojo a las estadísticas sobre fracaso y abandono escolar, el nivel de formación de nuestros alumnos y la percepción que tienen los maestros sobre su capacidad para intervenir en la educación.

    Las políticas educativas han devenido en instrumentos totalmente inútiles para conseguir mejorar el nivel educativo. La sucesión de leyes educativas, pintadas del color del partido de turno, con la consiguiente falta de consenso político, han llevado a la esquizofrenia a la comunidad educativa, especialmente a maestros y alumnos.

    Esto conduce también a que los Proyectos Educativos de los centros se llenen de palabras e intenciones vacías sobre los valores de la educación que desean transmitir, que, salvo honrosas ocasiones, se ven ahogadas por la necesidad de cumplir con un currículum variable y asfixiante y unas pruebas de evaluación cuyos resultados atenazan a la Dirección de los centros educativos.

    Por tanto, creo que es necesario reflexionar desde cero y, si para ello es preciso, romper con las bases establecidas sobre el sistema educativo.

     

    Necesitamos cambiar la educación para que la educación cambie el mundo.

     

    Yendo directamente al grano, os adelanto que en este artículo propongo crear un sistema educativo que rompa la estructura actual, que clasifica a los alumnos por edades, para que las escuelas pasen a atender individualmente a las necesidades de los alumnos, permitiéndoles, además, descubrir sus talentos personales.

    Pero antes voy a permitirme una breve reflexión sobre cómo hemos llegado hasta aquí.

    ¿Por qué tenemos una educación tan deficiente?

    No se puede señalar solamente una causa que explique el nivel educativo de los alumnos españoles. Las leyes educativas, la escuela, la familia, el alumno… todos estos estamentos tienen su propia responsabilidad en el fracaso escolar, aunque generalmente las medidas que se suelen implantar para reducirlo van dirigidas a intervenir sobre el alumno y las asignaturas y no sobre la esencia del proceso educativo.

    Si atendemos al problema en el interior de las aulas, encontramos que los maestros se enfrentan a un entorno multicultural de 25-30 alumnos, con un diferente nivel madurativo, algunos de ellos con dificultades de aprendizaje a consecuencia del lenguaje o de alguna discapacidad, otros con una falta total de motivación o que provienen de familias disfuncionales… y todos ellos tienen que acceder a los mismos conocimientos para cumplir con el currículum establecido.

    Obviamente, conseguir esta homogeneización en la adquisición de conocimientos, con todas las variables que se presentan dentro del alumnado, es altamente improbable, lo que acaba desembocando en que muchos alumnos acaben experimentando, durante algún momento de su formación escolar, sentimientos de frustración, desmotivación, rechazo hacia el aprendizaje, pérdida de autoestima… lo que, al final, genera un alto porcentaje de fracaso y abandono escolar y pérdida de talentos. 

    Un modelo de atención individualizada y real

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    La clave para crear un nuevo modelo educativo está en partir del alumno (algo bastante teorizado y extendido pero poco llevado a la práctica) y atender a sus necesidades, adaptándonos al nivel individual de aprendizaje de cada uno de ellos, es decir, en atender a su nivel evolutivo pero también a su ritmo y capacidad de aprendizaje personal.

    La educación tiene que respetar el ritmo de aprendizaje de cada alumno, porque cada niño lleva una velocidad distinta en la adquisición de conocimientos. Y, además, este ritmo puede ser totalmente variable dependiendo de la asignatura.

    Así, puede haber alumnos a los que les cueste manejar los conocimientos de matemáticas que actualmente se les imponen con arreglo a su edad cronológica, pero que sean verdaderos artistas de la música, del lenguaje o de la educación física. Esta dificultad para llegar al nivel de conocimientos de matemáticas (que el currículum, con su visión homogeneizadora, ha determinado que le corresponden por edad) puede crear en el alumno un total rechazo hacia el aprendizaje, hacia la escuela y hacia el proceso educativo, hasta el punto de acabar generando un fracaso en aquello para lo que quizá presenta un talento innato.

    Es por ello que creo necesario romper con la clasificación de los alumnos por edades. Mi propuesta es bien clara: cambiar el actual sistema educativo por uno en el que cada alumno acceda a diferentes niveles de cada una de las asignaturas sin importar la edad cronológica. Y a estos niveles se iría accediendo mediante la adquisición de los conocimientos necesarios del nivel inferior, sin importar el trimestre, ni la edad, ni el tiempo que haya tardado el alumno en adquirirlos.

     

    La propuesta: cambiar el actual modelo educativo por uno en el que cada alumno acceda a diferentes niveles de cada una de las asignaturas sin importar la edad cronológica.

     

    Así, un alumno de 7 años podría estar en un nivel 6 de matemáticas, en un nivel 8 de inglés y en un 10 de lenguaje y compartir talleres con alumnos de diferentes edades.

    Obviamente, la implantación de un sistema así puede plantear muchas incógnitas y dudas, especialmente a los más reticentes a la implantación de cambios, pero una vez lanzada la idea general, estoy seguro de que los expertos en educación tendrán mucho que decir al respecto.

    Ventajas y problemas principales

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    Inicialmente, puedo plantear algunos de los problemas y ventajas principales que encuentro en este nuevo modelo educativo.

    Problemas en la implantación del nuevo modelo educativo

    1.- Habría que cambiar la organización de los centros educativos, lo cual no supone en sí mismo un gran problema más que el cambio de paradigma de los responsables políticos y educativos.

    2.- Sería preciso cambiar de forma radical la formación de los docentes (esto es necesario incluso en el actual sistema educativo, pero eso es harina de otro costal) para que se amolden a la nueva situación educativa y se especialicen en el trabajo por grupos y equipos y en la mediación y la resolución de conflictos en el aula que, quizá, puedan ser más frecuentes durante el proceso de adaptación a este nuevo modelo.

    3.- Requeriría la contratación de un mayor número de maestros para poder atender correctamente a los grupos de trabajo, así como de docentes especializados en refuerzo escolar, para suplir las necesidades educativas especiales.

    4.- Sería necesaria una mayor transmisión de valores, especialmente para mejorar la convivencia en el aula y asumir las diferencias de una manera positiva sin caer en la competitividad como valor negativo que genere envidias y frustraciones.

    No he encontrado inconveniente alguno relativo a los alumnos, ya que no creo que para ellos este nuevo modelo supusiera un gran problema, atendiendo a que son más flexibles que los adultos y muestran una mayor plasticidad para amoldarse a los cambios.

    Ventajas del nuevo modelo educativo

    1.- Atiende a las necesidades individuales

    Los grupos de trabajo se corresponden siempre con el nivel y el ritmo de aprendizaje de cada alumno, de forma que la educación que se le está proporcionando está completamente adecuada e individualizada para el momento evolutivo de cada niño en cada área concreta.

    2.- No se pierde el talento

    Se detectan más fácilmente los talentos naturales de los alumnos, pudiendo ser potenciados al máximo. Además, se atiende de una manera especial a la evolución de los niños con altas capacidades, quienes, en el sistema educativo actual, están olvidados y relegados a un segundo plano, y que suponen, en la mayoría de los casos, un incordio para el docente que no sabe cómo gestionar esta diferencia.

    Esta falta de atención educativa en los alumnos con altas capacidades provoca, en muchas ocasiones, un conflicto que acaba desembocando en fracaso escolar y en falta de motivación hacia el aprendizaje.

    Tal y como señala la Psicóloga Sonia M. Blanco Rivas, experta en la atención a niños con altas capacidades:

    “Hay niños/as que manifiestan su aburrimiento con mayor inquietud, lo cual conlleva continuas interrupciones: levantándose de la silla, hablando con otros compañeros, lo cual conlleva que no permiten que éstos puedan realizar su tarea, etc...

    Otros/as niños/as, quizá los que manifiestan mayor grado de introversión, no molestan a los demás, pero tienden a dispersarse... incluso siguen manteniendo dicha dispersión aun cuando el maestro/a ha comenzado a hablar de otro tema

    Lo cierto es que el gran lastre que esto conlleva es que se pueden llegar a quedar aislados del resto del aula, tanto porque son percibidos como un "incordio" por el resto, como incluso por el propio maestro/a

    En el caso del alumnado con AACC que tiende a dispersarse, es muy común que acaben con algún tipo de etiqueta como "el que está en su mundo de gominola"... con las consiguientes mofas del resto

    Todo ello, daña profundamente su autoestima, incluso llegándose a plantear que lo que les sucede es que son "más tontos/as" que los demás... porque no pueden evitar sentir su diferencia con respecto a su grupo de edad cronológica

    ...eso sin tener en cuenta que, llevados por los prejuicios que se tienden a manejar en torno a este tema, muchos maestros/as incluso tienden a cuestionar las AACC del niño/a aun cuando existe un informe (en muchos casos hay varios informes: privados, del equipo de orientación, etc)

    Hay que tener en cuenta que, especialmente en toda la etapa de educación primaria, la temática es muy repetitiva: por ejemplo, en matemáticas, lo más habitual es retomar el tema de las sumas al inicio de cada trimestre... lo cual puede resultar absolutamente tedioso para aquellos niños/as que ya adquirieron esta habilidad a los 4 años”

    3.- Los niños aprenden del ejemplo de sus compañeros

    Sin lugar a dudas, uno de los mecanismos más importantes en la transmisión de conocimientos es el aprendizaje por imitación. Los alumnos cronológicamente más jóvenes aprenderán en los talleres de los alumnos más mayores e imitarán su comportamiento más responsable.

    Además, los alumnos más mayores pueden verse involucrados en el proceso educativo de los de menor edad, haciéndoles partícipes de la transmisión de conocimientos.

    4.- Se desarrolla la capacidad para trabajar con diferentes personas

    El alumno tiene que amoldarse a cambiar frecuentemente de grupo de personas con las que tiene que efectuar tareas. Esto le proporciona una mayor polivalencia y enriquecimiento cultural, al mismo tiempo que lo prepara para un futuro laboral cambiante y en permanente evolución.

    5.- Mejora las habilidades sociales

    Por la misma razón que la anterior, el alumno se relaciona con muchos más alumnos, no limitándose al grupo que por edad le corresponde y que, con el modelo actual, le limita a los 25-30 compañeros de clase que le acompañarán durante toda su permanencia en el ámbito escolar.

    Esta situación genera un mejor desarrollo de habilidades sociales al tratar con un mayor número de caracteres y personalidades diferentes, educándole en aceptar las diferencias y promoviendo la comunicación interpersonal.

    6.- Se podrían detectar y reforzar más fácilmente los retrasos en el aprendizaje

    Los alumnos con problemas de aprendizaje serían más fácilmente detectados, lo que supondría poder llevar a cabo una intervención más temprana.

    Además, no tendrían el lastre de estar recibiendo unos conocimientos superiores a su capacidad actual, mientras todavía no hubieran conseguido y consolidado los objetivos del nivel anterior, tal y como sucede actualmente en las aulas.

    7.- Aumenta la motivación hacia el aprendizaje

    El aburrimiento mata la motivación. El hecho de que cada alumno vaya a su ritmo de aprendizaje implica que no se encontrará a alumnos aburridos en clase, bien porque no entienden lo que se está explicando al no tener consolidados los conocimientos anteriores, bien porque tienen esos conocimientos más que adquiridos y les resulta totalmente tediosa la repetición de los mismos.

    Esto conllevará un estímulo constante de aprendizaje al adquirir conocimientos nuevos y adecuados al nivel de cada alumno, lo que permitirá un mayor grado de motivación hacia el aprendizaje.

    8.- No serían necesarios los deberes para casa

    Al menos tal y como hoy en día están planteados, ya que los alumnos se encontrarían en cada momento accediendo a los conocimientos para los que está preparado. De esta forma no haría falta que se reforzara el conocimiento en casa por medio de los deberes (que no tiene nada que ver con la necesidad de estudiar para los exámenes) ni llegar a unos contenidos determinados en función del año escolar, sino que cada alumno evolucionaría a su propio ritmo.

    Sólo en aquellos casos en los que se produjera un retraso considerable que no pudiera ser abordado ni con el apoyo escolar ni con la tutorización de los alumnos más mayores, se pediría la participación de la familia para ejercer el refuerzo necesario, con el objetivo de garantizar al máximo el disfrute de la infancia y que los niños puedan desconectar tras finalizar su horario escolar.

    Como conclusión, me gustaría decir que este sistema de clasificación de los alumnos por destrezas y conocimientos adquiridos puede desarrollarse perfectamente bajo el manto de las inteligencias múltiples y la educación emocional, un tridente que creo que puede ser la base para construir una educación individualizada que atienda al bien común y a la mejora de la sociedad, que es, desde mi punto de vista, el fin de la educación.

    Seguro que muchos de los que habéis llegado al final de este artículo, especialmente los profesionales de la educación, encontráis muchas más ventajas e inconvenientes para la implantación de este modelo educativo.

    Os agradeceré todas las sugerencias, concreciones, críticas (constructivas y respetuosas, por favor) que os apetezca hacer en el apartado de comentarios o a mi correo personal fjchulia@elportaldelhombre.com

    Lo que sí está claro es que, en materia de educación, no podemos continuar así.

    Especial agradecimiento a Sonia M. Blanco Rivas por su aportación a este artículo.

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    Francisco

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