Grooming: del lazo emocional al abuso sexual infantil
Una mañana, cuando Marta estaba limpiando la habitación, no pudo resistirse a la tentación de revisar el móvil de su hija.
Lo que encontró la ha desesperado: conversaciones en Whatsapp desde hace meses con un desconocido muy extraño, que le hace todo tipo de comentarios sexuales e incluso le pide a la niña fotos íntimas, que ella accede a enviarle.
Lo más sorprendente es que ella no parece sentirse incómoda en esas conversaciones, sino al revés: dan la impresión de ser “amigos con derecho a roce”, aunque se nota que él fuerza el ritmo de las interacciones.
Marta no sabe cómo abordar este tema con su hija. Sabe que ha hecho mal entrometiéndose en su intimidad, pero necesita advertirle del peligro de lo que está haciendo y pedirle seriamente que corte con esa dañina relación.
¿Qué es el grooming?
Lo que está ocurriendo con la hija de Marta es un caso de grooming.
El grooming consiste en que un adulto emprende intencionadamente una serie de acciones, continuadas en el tiempo, con la finalidad de ganarse la confianza y la amistad de un menor de edad.
Así, poco a poco, va consiguiendo cierta información y datos personales del niño. Progresivamente comienza a introducir en la relación la seducción, la provocación y el juego amoroso.
Tras haber creado una conexión emocional con el menor (a menudo a base de engaños respecto a su sexo, edad y otras características), las inhibiciones del niño se reducen o desaparecen: es entonces cuando el adulto comienza a abusar sexualmente del menor, habitualmente utilizando manipulaciones encubiertas, chantaje emocional, convencimiento… Pero también mediante amenazas directas, sobre todo si ya posee material con el que avergonzar al menor (por ejemplo: “Si no haces lo que te pido, publicaré la foto comprometida que me enviaste”).
Generalmente se utiliza el término grooming para referirse a los abusos sexuales con matiz emocional que se realizan mediante Internet, redes sociales y/o aplicaciones móviles.
La distancia personal, el anonimato y la posibilidad de crearse una falsa identidad con la cual engañar al menor son factores que facilitan en gran medida el objetivo del abusador.
El grooming es un delito penado por ley
Según un estudio publicado en el año 2009 por el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación acerca de los riesgos en Internet para los menores, a un 75% de los padres les preocupa, en primer lugar, la posibilidad de que sus hijos sean víctimas del grooming.
Una información tranquilizadora para los padres españoles es que, a nivel legal, se castiga la captación de niños menores de 13 años con fines sexuales a través de Internet hasta con penas de uno a tres años de prisión.
La situación se complica cuando se trata de menores de más de 13 años, adolescentes que –según se presupone- ya tienen cierta conciencia de su sexualidad.
¿Están eligiendo con libre albedrío con quien desean mantener contacto sexual, o son víctimas de manipulación? ¿En qué momento se traspasa la frontera, en muchos casos sutil, entre la decisión y la obligación?
Sin duda, sea cual sea la edad del menor, ante sospechas de grooming es importante denunciar ante la Policía y si eres conocedor de un caso que esté ocurriendo en tu entorno también puedes (y debes) ponerlo en conocimento a través de esta página web del CNP en la que tu colaboración será tratada con total confidencialidad.
La denuncia se convierte en todavía más necesaria en aquellos casos en los que el abusador posee datos verídicos del menor mediante los que contactar con él, como el nombre, dirección, colegio, teléfono móvil, redes sociales…
Enseña a tu hijo a detectar posibles abusadores en Internet
Todos los padres enseñan a sus hijos aquellos clásicos consejos que van pasando, inamovibles, de generación en generación: “No cojas caramelos que te ofrezca un desconocido”, “no entres en el coche de nadie que te pare por la calle”, o el más moderno “no dejes tu copa lejos de ti en una discoteca”, por poner algunos ejemplos.
Pero ¿preparamos a nuestros hijos para detectar situaciones de peligro en Internet? Hoy por hoy los niños, y especialmente los adolescentes, pasan gran parte de su día conectados a la red, desde el ordenador y desde el smartphone.
Nuevas aplicaciones móviles para conocer gente y ligar de forma fácil se están poniendo cada vez más de moda.
Las redes sociales también permiten interactuar con un amplio número de desconocidos.
Es interesante que enseñes a tus hijos menores de edad a cuidar sus datos en Internet, y, sobre todo, a no perder la alerta ante sujetos desconocidos, por muy confiables que parezcan.
No es difícil falsificar una identidad consiguiendo fotos y datos no reales. Enséñale a tu hijo a desconfiar de personas que no parezcan coherentes en la impresión que dan sobre ellos mismos, que parezcan excesivamente interesadas o que muestren intenciones sexuales inapropiadas.
El descubrimiento sexual adolescente es sano y natural si se da con precaución y conciencia.
Anima a tu hijo a expresar a un adulto sus dudas en torno a alguien que ha conocido por Internet, y también a contar rápidamente cualquier situación de abuso o acoso online, sea cual sea el chantaje recibido por parte del abusador.
Si deseas recibir más consejos sencillos y prácticos para proteger a tu hijo en Internet, te recomiendo el artículo "Siete consejos para proteger a tus hijos en Internet".
El Cuerpo Nacional de Policía también ofrece charlas en colegios e institutos para formar a los menores sobre los riesgos de Internet. Podéis solicitarlas escribiendo desde el centro educativo a esta dirección participa@policia.es.
Dato de interés: En España contamos con entidades implicadas en la prevención y la lucha contra el grooming, como Fundación Alia2, Protégeles, Pantallas Amigas, Padres 2.0, Cobertura Protegemenores.